miércoles, 13 de febrero de 2008

Almas gemelas

Recuerdan aquella historia que contaba que en un inicio las personas estaban completas, eran hombre-mujer, todo en uno, y un Dios enojado para castigarlos los partió en dos, y desde ese momentos todos buscamos nuestra otra mitad?

Como será nuestra “otra mitad”? Será igual a nosotros? Almas gemelas? Si éramos uno, debíamos compartir almas...

Es decir: yo debería buscar a un terrible cabeza dura, que odie cocinar, sea independiente, profesional, impulsivo, que odie la rutina pero tenga el sueño de familia Ingalls, pero también que le guste escaparse de vez en cuando sin pensar en nada...

NO!!!!!!!!! Definitivamente, no lo soportaría!! Se imaginan dos cabezas duras juntos??? Quien cede??? Ninguno!! Además de morir de inanición, seguramente uno se aburre de la rutina antes que el otro, y cuando yo quiera escaparme, él va a querer mirar la tele comiendo papas fritas...eso siempre y cuando nuestras respectivas independencias permitan que nos crucemos en la vida.

No va a funcionar. Cambiemos de teoría: podemos pensar también que nuestra “otra mitad” sería nuestro complemento. Analicemos:
Mi pareja ideal en ese caso sería un hombre que no me contradiga, preferiblemente chef, nada de independencia, solo sería parte de mí sin individualidad, rutinario...

Menos aun!!! Me aburro en 3 días...

Entonces??? Dónde está la fórmula?? Existirán los términos medios?? Aún en ese caso, la parte que sea igual va a chocar y los complementos aburren...

Que difícil...cuando van a inventar los Hacedores de Hombres a Medida?? Algo así como que uno entregue un plano, y lo construyan a nuestra necesidad...

Eso sí: a mí no me pidan el plano, todavía no sé como lo quiero...

1 comentario:

Anónimo dijo...

En realidad no hay reglas, ni medias naranjas ni coincidencias zodiacales, ni nada que los mandatos del destino antepongan a una relación que debería darse por la convivencia, el entendimiento mutuo y la tolerancia. Cuando termina la etapa del enamoramiento, comienza una crucial etapa donde afloran los problemas derivados de las diferencias de costumbres y caracteres. Creo fervientemente que cualquier hombre puede compatibilizar con cualquier mujer, CUALQUIERA. Si bien buscamos inconscientemente el modelo paterno o materno en nuestros prototipos de hombre o mujer perfectos, en estos tiempos la fórmula está creo yo en dejar a un lado todo el egoísmo que nos tatuó nuestra anhelada independencia y retadora vida profesional y comenzar a activar nuestra habilidad para DAR, TOLERAR, RESPETAR, COMPRENDER y por supuesto AMAR. ¿Pero qué es amar? mmmm, más pistas en "El Arte de Amar" de Erich Fromm. Saludos de Raúl.