miércoles, 31 de diciembre de 2008

Balance

Me quedé con tantas emociones este año que el recuento hasta da para varios post. Y eso que el cerebro selecciona, así que debe haber varias de ellas escondidas en rincones con doble candado. Y mejor dejémoslas ahí.

Tuve un accidente emocional fuerte, de esos que te dejan inconsciente mucho tiempo. Tuve días muy tristes y otros de esa felicidad que no recordaba que existía.

Y así empecé el año, saliendo a redescubrir mi mundo, medio bamboleando.

Tuve emociones fuertes. Tuve días de tibieza. Tuve paz. Y también guerra. Demasiada.

Tuve buen sexo. Con y sin amor.

Dormí sola. Y también cucharita. Desperté llorando y también con una sonrisa.

Descubrí amigos nuevos, algunos llegaron y se fueron, pero dejaron algo lindo de todas formas. Y tuve y tendré los de siempre. Los que siempre hacen que cualquier balance sea positivo.

Tengo chichones nuevos. Y alguno tan fresquito que todavía duele mucho.

Me equivoqué de nuevo. Aprendí. Cometí errores nuevos y otros repetidos.

Tuve desilusiones. Varias. Y la sensación que perdura de lo que no fue y estaba (estoy) segura que hubiera sido.

Tuve sorpresas. Algunas muy gratas.

Desperté sensaciones dormidas que me llenaron el alma. Descubrí que siempre se puede volver a amar. Descubrí que sigue siendo tan difícil como siempre.

Aprendí a aceptar que no vale la pena seguir con las defensas altas. Siempre hay alguien que encuentra como destruirlas. Gracias a Dios. Porque aún así vale la pena el intento.

Descubrí que escribir me alimenta el alma. Y me libera el corazón cuando está oprimido.

Tengo pendientes. Y la seguridad que van a seguir así el día del próximo balance.

Tengo miedos nuevos que antes no tenía. Y otras seguridades que adquirí a base de chichones.

Tengo esperanzas, ilusiones, proyectos…y también desazón, incertidumbre y algo de tristeza.

Y si este no fuera un día tan gris, seguramente diría que el balance fue muy positivo. Pero hoy…acepto tablas…

lunes, 29 de diciembre de 2008

Necesito

Necesito alguien a quien lo emocione un abrazo. Alguien en quien pensar cada día en el mismo instante en que me despierto. Esté a mi lado o no. Alguien que se entusiasme con el plan de pasar todo un domingo sin salir de la cama. Con lluvia o con sol.

Necesito alguien que comparta sus miedos, sin sentirse débil por ello. Alguien que entienda mis miedos, aun si no los digo. Alguien cuyos miedos no tengan nada que ver conmigo.

Necesito alguien que me entienda. Que no lo asusten los Te quiero. Que pueda decir lo que siente. Que sepa que extrañarse es buenísimo y no sienta precedentes. Que entienda que un Hoy Quiero Estar Solo es solo eso y no mata a nadie. Que se atreva a decirlo.

Necesito alguien que a veces me necesite. Alguien que venga corriendo si necesito un abrazo. Alguien que quiera que corra cuando necesite un abrazo.

Necesito alguien que quiera aprender. Alguien que se haya equivocado. Alguien que quiera cometer errores nuevos, pero no los mismos. Alguien que sepa que no es perfecto, y que lo acepte. Alguien que sepa que no soy perfecta. Alguien de quien me pueda enamorar aun de sus defectos. Alguien a quien no le importen los míos.

Necesito alguien que haya amado con locura. Alguien que haya perdido a alguien. Alguien a quien hayan amado. Alguien a quien hayan dejado de amar. Alguien que entienda que todo eso pasó, pasa, y posiblemente seguirá pasando.

Necesito alguien que ame la vida. Alguien que quiera disfrutarla. Alguien que disfrute de estar con amigos. Alguien que la pase muy bien solo, pero que disfrute más si está conmigo.

Necesito alguien que no necesite mentirme. Alguien a quien no tenga que mentirle. Alguien que sienta que una mentira es una mentira a sí mismo. Alguien que no se sienta obligado a decir lo que no siente. Alguien que no espere que yo lo haga.

Necesito alguien que se conecte. Alguien a quien sentir tan cerca que las emociones se peguen. Alguien con ese tipo de conexión en la que sobran las palabras. Alguien a quien le baste una mirada. Alguien en cuyos ojos se refleje su alma.

Necesito alguien que quiera construir. Alguien que tire para adelante, no importa hasta cuándo ni hacia donde vaya. Alguien que quiera ser mejor, en alma y cuerpo, todos los días. Alguien que sepa que todo eso, de a dos es más fácil.

Y fundamentalmente, necesito alguien que necesite lo mismo que yo. Y que me ayude a encontrarlo…

domingo, 28 de diciembre de 2008

Quien sepa abrir la puerta para ir a jugar

En nuestra vida, estamos todo el tiempo abriendo y cerrando puertas. A veces solo nos asomamos a ver que hay, y si no nos gusta lo que vemos, seguimos nuestro camino, buscando otra puerta para abrir.

Cuando lo que está adentro nos tienta lo suficiente, ahí entramos a explorar y muchas veces quedamos atrapados en ese nuevo espacio, sin querer salir, y sin mirar si hay salidas de emergencia u otra puerta por la cual huir.

El problema no suele ser abrir puertas. Aunque los hay más o menos curiosos, de los que no exploran, de los que no se animan a entrar, o de los que una vez que entran no hay manera de hacerlos salir, en la mayor parte de nosotros la dificultad no está en abrir puertas, sino en cerrarlas.

Así nos pasa al final de las relaciones. Nos cuesta horrores cerrar una puerta de algo que fue maravilloso. Y como nuestra mente, y nuestro corazón aún más, suele ser bastante tramposa, seguramente seguimos viendo detrás de esa puerta la persona de la cual alguna vez nos enamoramos.

Y aunque ya no esté, aunque en verdad no sea hoy lo que teníamos ayer, a pesar de que la puerta alguna vez nos condujo a un cuarto de torturas más que a un campo de rosas, nos seguimos negando a cerrar la puerta. Por las dudas. Por si vuelve. Por si era EL lugar y lo perdimos. Por si había algo que hacer y no lo hicimos.

Y así seguimos boyando en los pasillos. Negándonos a abrir otras puertas. Resistiéndonos a enamorarnos nuevamente.

Porque podemos cerrar una puerta por convicción. Pero solo le ponemos llave cuando nos volvemos a enamorar….

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Tibio, tibio

Siempre hay un poco de locura en el amor, decía Nietzsche. Yo iría un poco más allá: para mí, no hay amor sin locura.

En un inicio las relaciones tienden a ser más locas y menos pensantes, luego, si prosperan, generalmente se amesetan y la rutina planificada y los sanos individualismos pasan a formar parte del día a día. Y el amor sigue, un poco más calmo, pero con un disfrute intenso también. Después de todo, no se puede vivir en la locura constante, aunque tan lindo sea.

Pero definitivamente, necesito locura. Mucha. De esa que te hace atravesar media ciudad después de 4 hs de no verlo solo por la idea irresistible de pasar una noche (una más) con él. De aquella que anula los sentidos, el entorno, las ganas de hacer cualquier otra cosa que no sea estar en sus brazos. De la que no analiza actitudes, no piensa en lo que debe ser, solo en que se quiere todo y ahora.

Y esto solo funciona si la locura es de ambas partes. Nada peor que alguien que sienta estos deseos irrefrenables hacia una persona tibia. Se convierte en un ser insoportable, pegajoso, de los que dan más ganas de escapar que de seguir.

La paradoja es cuando esos deseos se reprimen de una o ambas partes. Como darse cuenta si hay tibieza o deseos reprimidos? No es tan difícil la comunicación entre dos seres que acaban de conocerse como para complicarlo aun más? Aunque suene tan lógico, cuántas parejas habrá que nunca terminan de enamorarse por no expresar lo que sienten…es que hay que tener una buena dosis de locura para amar.

Y a mí, definitivamente, la tibieza no me enamora.

lunes, 22 de diciembre de 2008

A ciegas

Nunca tuve problemas con las citas a ciegas. Más allá de que sigo sin entender el mecanismo por el cual una persona llega a movilizarme o no en la primera cita, es muy interesante descubrir que más hay detrás de una conversación telefónica, o un par de charlas por msn.

Puede pasar que la magia se rompa. Y no pregunten porque. Pero ese sentirse cómodo con el otro nunca surge.

O puede ser que solo con verlo, la primera pregunta sea: donde estaba antes??

Y la primera reflexión que me surge es por qué somos a veces tan temerosos de conocer a alguien si en muchos casos, después de relaciones de años descubrimos que no conocemos a la persona que tenemos al lado.

Que nos hace conocer más o menos a alguien? Cuantas veces llegamos a tener una conexión increíble con alguien del que no sabemos ni el nombre de su madre? Y otro del que sabemos vida y obra no nos llega a movilizar nada…

Entonces quedo en una terrible encrucijada en la cual no sé si quiero preguntar y enterarme de algo que no quiero oír, o simplemente dejar pasar las cosas, y ver si el tiempo salda esos desconocimientos. Después de todo, si nunca terminamos de conocer al otro, porque no quedarnos con la persona tal como la vemos?

También es cierto que la persona que vemos al lado nuestro cuando nos enamoramos no es la que vamos a conocer un par de años después, cuando algunas vendas caen y nos enfrentamos a la realidad del héroe que no lo es tanto…y aunque algunas veces esa realidad nos enamora aun más, algunas otras es exactamente lo que nos hace desconocer el motivo de nuestro amor, y nos desenamoramos.

Saber o no saber. Esa es la cuestión.

Por primera vez, abogo por la sanidad de la ignorancia…

domingo, 14 de diciembre de 2008

Y tu amor mi enfermedad

Es curioso como nuestro cuerpo y nuestra mente reaccionan parecido cuando algo quiere alterar su orden natural

Asi como contra un virus, nuestro cuerpo se defiende generando defensas, cuando alguna vez alguien se mete en nuestra vida para alterarla de alguna manera, nuestra mente reacciona y empieza a levantar barreras para defenderse.

Todo está bien cuando alguien pasa por nuestra vida sin alterarla demasiado: es como esos resfríos que solo provocan un par de estornudos, y se van como si nada, sin secuelas ni cicatrices.

Distinto es cuando llega ese alguien que nos mueve todas las estructuras….repasemos los síntomas:
- Pérdida de concentración (imposible pensar en otra cosa…)
- Calambre de los músculos faciales (sonrisa estúpida que no la borra nada ni nadie…)
- Pérdida de ubicación en espacio y en tiempo (el entorno desaparece y ni idea de la hora que es, de si hay alguien alrededor…)
- Pérdida de apetito (ya eso es grave…)

Si le llevamos todos estos síntomas a un neurólogo, seguramente quedamos internados en evaluación, aunque si se lo contamos a una amiga, el diagnóstico es seguro: peligro de enamoramiento inminente…

Y de la misma manera que el cuerpo se defiende ante un virus, la mente levanta barreras, empiezan los miedos, se levantan defensas…es muy difícil tirarse a una pileta sin saber siquiera si tiene agua. Y aunque lo más probable es que el conjunto de síntomas también apaguen todas las señales de alerta y nos tiremos igual, el miedo inconsciente a los chichones y las cicatrices muchas veces nos juega una mala pasada…

Ahí tenemos varias alternativas de reacción, de acuerdo a lo fuertes que tengamos las defensas: podemos seguir con nuestra vida de siempre esperando que esos síntomas que nos desestructuran se vayan y podamos volver a estar “sanos”. O tomarnos la pastillita de la huida asi nos curamos. O nos dejamos llevar, disfrutando los síntomas… y rogando que nunca se nos pase

Es que es necesario mantener las defensas bien bajas para que nos ataque el amor…y es tan difícil en estos tiempos de Actimel, que ya hasta intento negarme a reconocer los síntomas…

sábado, 29 de noviembre de 2008

Mientras Tanto

Cuál es la diferencia entre inversión y gasto? Es fácil, economía básica. Si vamos a obtener un rédito, es decir, ganamos más de lo que pusimos, entonces es una inversión, sino es un gasto.

Cuando no se trata de la bolsa de valores, ni de si compro dólares o euros, sino de que hacemos con nuestra vida, pocas veces evaluamos lo que es inversión y lo que es gasto.

Destinamos horas a relaciones banales, a amistades que no suman, a trabajos que no van a ningún lado, pero es difícil salir de ahí, y es difícil discernir cuando estamos gastando demás…mientras el límite de nuestra vida no llegue, tenemos crédito.

Hablábamos con un amigo de una relación suya frustrada. Y como suele suceder por mecanismo de defensa natural en el hombre (más que en la mujer) me decía que él estaba bien solo, que estaba en una etapa que se sentía bien consigo mismo y que no tenía ganas de seguir gastando tiempo y emociones en relaciones que lo desestabilizaban y al final lo dejaban mal parado (si les suena conocido el discurso…es pura casualidad).

Y justamente…no es lo mejor en una relación? Esos momentos en los que uno no sabe donde está parado, hacia donde va, que le está pasando…lo único que sabe es que es maravilloso, y ojala que dure!

El tema es que hay que soportar la incertidumbre, no gastar el tiempo esperando a ver qué pasa, invertir en conocer al otro, en pensar para adelante, en desarrollar un sentimiento…y nunca lo hacemos, porque no queremos “invertir” en algo que no sabemos cómo va a salir (tampoco sabemos si el dólar subirá o bajará pero compramos igual). Y hay algo más difícil aun: para invertir en algo, tener un proyecto, tenemos que saber hacia dónde queremos ir…

Y asi seguimos, gastando nuestro tiempo, esperando que mágicamente y contra toda teoría económica un gasto se trasforme en una inversión y nos dé un rédito. O se nos termine el crédito.

Y nos perdemos el Mientras Tanto, que tan lindo es, en especial cuando Mientras Tanto peleamos por lo que queremos en la vida…o al menos invertimos para encontrarlo.

domingo, 9 de noviembre de 2008

La culpa la tiene la mesa

Me acuerdo el comentario de una amiga psicopedagoga cuando escucho a una madre consolar a su hijo que se había golpeado, pegándole a la mesa y diciendo “mala la mesa!!”. Su comentario fue: recuerden la cara de este nene y con dejen que sus hijas mujeres se acerquen a él cuando sea grande…

Obviamente, fue una broma, pero con una parte certera: cuantas veces pensamos que todo lo que nos pasa es por culpa de alguien, de “la mesa” de turno…y seguimos golpeándonos mil veces con la misma mesa, y nunca intentamos hacer algo diferente para dejar de golpearnos. Total, la que tiene que cambiar es la mesa, no nosotros

Recuerdo cuando después de mi segunda convivencia frustrada, y sin contar los tantos noviazgos que tampoco funcionaron, mi madre me dice: nena, estábamos hablando con papi…no podemos pensar que siempre es que no encontraste el hombre adecuado…vos también debes ser jodida!. Pobre mami, le llevó 39 años darse cuenta.

Y sí mami. La culpa no la tiene la mesa. Uno no puede esperar que venga EL Amor De Nuestra Vida y nos colme todas las necesidades, y nos saque todos los miedos, nos muestre el camino y la luz al final del túnel, y nos corra todas las piedras que dejamos ahí. Eso lo tenemos que hacer nosotros. Si no lo resolvemos, vamos a seguir con los golpes…

También nos pasa con lo bueno: esperamos que nos venga de arriba.

El trabajo? Está mal, no hay proyección, pagan poco…pero esperamos que nos venga a buscar la mega empresa, o que nos ofrezcan el negocio de nuestra vida. Y si no aparece, la culpa es de la mesa. O de los K.

Nos sobran un par de kilos? Es el metabolismo, no tenemos suerte. Si comemos re poco y engordamos. No importa si lo poco son Oreo bañadas en chocolate. O por otro lado, con las porquerías que comemos, si no pesamos 100 kgs, eso es también gracias al metabolismo.

El amor? Ya va a llegar, va a venir con un cartelito que diga “Soy YO”, y ahí nos vamos a dar cuenta que llegó para nosotros, ahí nos van a venir las ganas de hacer todo lo que no hicimos hasta ahora, y no necesitamos hacer nada ni para que llegue ni para mantenerlo: ahí está, y se va a quedar. Y si se va…la culpa es de la mesa.

Y así vamos por la vida. Sin buscar, aceptando lo que viene, esperando que venga, seguros que algo va a pasar, porque nosotros lo merecemos. Y cuando lo perdemos, es porque no valía la pena, o porque así tenía que ser.

Total, ya va a venir otra cosa que, seguramente, nos va a traer el destino. O alguien nos va a correr la mesa de una vez por todas para que no sigamos golpeándonos. O no. Y en ese caso pasaremos por la vida sin haberla modificado en absoluto, pero sin frustraciones.

Porque en definitiva, la culpa la tiene la mesa.

martes, 28 de octubre de 2008

El cuaderno nuevo

Estaba recordando cuando en la escuela primaria nos compraban esos cuadernos de 200 hojas, los Rivadavia de tapa dura. Como los odiaba!!! Llegando a la cuarta parte del cuaderno, aquella prolijidad y empeño con la que había comenzado a escribir las primeras hojas, desaparecía dando lugar a los primeros mamarrachos que terminaban hasta en un salteo intencional de hojas para que el cuaderno se terminara más rápido y poder empezar uno nuevo.

Hablando con un amigo acerca de cómo siempre nos molestan las mismas cosas en el trabajo (y porque no en la vida), nos preguntamos porque tenemos tanta necesidad de cambiar, si sabemos que en otra empresa, con otra gente, o en otro momento de nuestra vida, va a volver a pasar lo mismo…u otra cosa, pero seguramente algo va a dejar de ser color de rosa, y vamos a ver como única salida el considerar nuevos horizontes.

Y quizá sea por la misma sensación que teníamos de chicos: el empezar un cuaderno nuevo era como que renovaba nuestra energía…lo mismo que cuando empieza el año. Nada cambia el 1ro de enero, pero para nosotros arrancó algo nuevo, y es como tener todo el cuaderno en blanco nuevamente para nosotros, con las 365 hojas listas para ser escritas, sin borronear…

Y posiblemente sea el mismo síntoma del cuaderno en blanco lo que nos hace encarar las nuevas relaciones con unas pilas que jamás pondríamos en remontar aquellas que se están desgastando…quizá el mismo peso de tanto liquid paper y tanta hoja casi agujereada de borrones, es una carga tan difícil de llevar que solo vemos posible el seguir adelante si tenemos unas flamantes hojas en blanco para inventar una nueva vida…

Quizá debamos dejar de mirar todo el tiempo las primeras hojas del cuaderno, y aceptar que nuestros mamarrachos de hoy son parte de nuestra vida, y no necesariamente peores que volver a empezar. O considerar que cada hoja es una nueva oportunidad, más allá de que sean 10 o 200 las que nos queden…después de todo…quien lo sabe?

jueves, 16 de octubre de 2008

Elecciones

Feriado. Día nubladísimo, tirando a frio. Noche de zapping. Por ahí cae Caballos Salvajes, y me viene a la mente la frase que dice Alterio en un momento: “El hombre arriesga su vida cada vez que elige, y eso lo hace libre”

No puedo evitar pensar en todas las elecciones de mi vida, como cada vez que escucho esa frase.

No se si fueron buenas o malas, pero en general no me arrepiento. Siempre fui muy visceral y estoy segura que tome las decisiones que en ese momento eran las mejores para mi, y excepto por algunos pendientes que todavía tengo en mi lista con un poco de delay, estoy más que contenta con el camino que seguí…pero….

Siempre existe esa curiosidad de saber que hubiera pasado si…

A veces, situaciones más que pequeñas significan un cambio absolutamente drástico en la vida de uno…y si le decía que si a mi noviecito de los 17 que insistía en casarse conmigo cuando termináramos el colegio? Y si cuando me bocharon en Análisis matemático y empezaron los paros de la UBA en lugar de ponerme aun mas cabeza dura colgaba los botines? Y si no hubiese ido a aquel happy hour de Museo Renault? O a ese cumpleaños?

Todas esas decisiones significaron un montón de cosas buenas y otras no tanto…

Pero hoy pensaba que las decisiones no siempre son acerca de cambiar algo, también decidimos a diario quedarnos donde estamos.

Quedarnos en el trabajo que a veces no nos gusta, quedarnos al lado de alguien aunque a veces queremos matarlo, dejar pasar algo que no nos gustó para seguir apostando a quedarnos…tantas decisiones que ni nos damos cuenta que las tomamos…

Creo que ese tipo de elecciones son las que realmente definen el camino que seguimos, no las que nos hacen torcer el rumbo. Y después de todo, son las más difíciles de tomar…son tantos los atajos que vemos a diario, que mantener el rumbo se hace mucho más difícil que desviarnos del camino.

Tendremos que estar más atentos, y darnos cuenta que decidir no cambiar, es también una elección. Y en esos momentos en los que estamos con alguien porque queremos estar, tener en cuenta que el otro está decidiendo lo mismo…y esa coincidencia diaria es el mejor premio que uno puede esperar por tomar la decisión correcta…

sábado, 11 de octubre de 2008

Yo, tu, el...que seguia?

Nuestra vida en estos tiempos es cada vez más complicada. Nuestros padres trabajaban, de allí a casa, y muchas más obligaciones no había. Pero el concepto moderno de “disfrutar de la vida” que nos inventamos es un sinfín de actividades que empezamos con placer y a veces hasta sin darnos cuenta se nos vuelve obligación.

Entonces esas clases de tenis que nos propusimos como para pasarla bien un rato se convierten en nuestra obligación de los sábados. Y aún protestando porque me hubiese quedado durmiendo la siesta, voy. Y así pasamos los fines de semana: todo lo pendiente de la semana los sábados a la mañana, a la tarde clases de lo que sea, o si es primera-verano, aire libre obligatorio (hasta nos genera cargo de conciencia quedarnos adentro!), a la noche hay que salir, los domingos, o los viejos o el asadito con amigos…y uno arranca el lunes más cansado que el viernes!

El tema es que no nos sobra el tiempo, y son muchas las cosas que queremos hacer en nuestra vida.

Y empezamos a hacer malabares con el tiempo. Hay cosas que no podemos modificar, o al menos no mucho. Entonces eliminamos el tiempo semanal de trabajo, porque no hay otra. Ahí nos quedan menos horas…

Esas horas las tratamos de repartir entre otras obligaciones y lo que nos gusta. Entonces…me sobra un rato el miércoles, aprovecho para ver a mis amigos de la facu y voy al cine: dos placeres en uno, voy ahorrando horas! Los martes y jueves gym, los lunes trato de irme temprano a casa, para descansar del finde…me queda el viernes! Seguro arreglo algo para salir a cenar, cena de chicas…y organizo el fin de semana próximo! Ufff

El problema es que uno va dedicando tiempos…pero nunca renuncia a nada. Y cuando se trata de iniciar una pareja, recuperar una que esta muriendo, conquistar a alguien…usamos la misma fórmula: dedicarle el tiempo que nos sobra.

Y transformamos algo que debería ser prioritario en nuestra vida, porque así lo sentimos cuando nos falta, en una actividad más, a dedicarle el tiempo que nos sobra.

Alguien realmente cree que vamos a tener un cuerpo de deportista con el rato de gimnasio semanal que dedicamos cuando nos sobran tiempo y ganas? Y como se nos ocurre que se puede construir un NOSOTROS, en esas mismas condiciones? Porque no somos capaces de cambiar prioridades, reacomodar nuestra vida, si algo nos importa? Creo que a veces no nos damos cuenta que nos importa, y hasta puede que deje de importarnos, entonces creemos que actuamos bien, y seguimos repitiendo el mismo esquema. Después de todo, la pasamos bien…será que sobrevaluamos el nosotros? Puede ser…

Uy, se me está terminando el finde! Me voy a planificar el próximo!

miércoles, 1 de octubre de 2008

El amor es o se hace?

Llega la primavera y, no se porque razón, uno empieza a querer resucitar cosas, volverlas a la vida: los pantalones blancos (si es que entran…), las florcitas de la maceta que están hechas una tristeza, el color bronceado en reemplazo del verde oficina…todas cosas que olvidamos en el invierno y queremos que vuelvan ahora, asi de fácil, como si no las hubiéramos abandonado.

Mientras miraba una maceta que en algún momento tuvo Rayitos de Sol y ahora es un manojo de yuyos, pensaba cuantas veces le hacemos eso al amor.

Porque el amor no es, se hace. Bueno, sonó a afirmación, y este es un blog de reflexiones. Pero estoy convencida de esto, como de ninguna otra cosa en la vida, especialmente cuando de amor se trata.

Mis papis llevan casi 50 años juntos. Más en realidad. Casi 50 de casados, pero se conocieron de chicos, compartiendo matinés de cine, juegos de carnaval y bailes de disfraces. De chica pensaba que habían sido tocados por alguna varita mágica, y habían tenido la bendición de encontrarse el uno al otro. Cuando con el tiempo me fui dando contra la pared, viendo que la misma varita no estaba en mis genes, ni formaba parte de la herencia familiar, me di cuenta que la fórmula era otra: ellos crearon el amor, no lo recibieron de regalo.

Seguramente algo hubo que hizo que se eligieran, pero todo lo que vino después y yo viví, no fue casualidad: fue trabajo. Del que da placer, pero trabajo al fin. Pasaron 20, 30, 40 años y ellos siguen dejándose cartelitos que dicen Te Amo, se celan como adolescentes, no dejan de hacerse mimos, se acompañan a todos lados…y esa es para mi, la mejor definición del amor.

Y estoy absolutamente segura, de que si no hicieran eso, la pareja no sería la misma.

Y ahí viene la pregunta que no pude resolver: es el amor profundo e inexplicable el que genera esas ganas de trabajar por la pareja, o, como un círculo virtuoso, es ese trabajar lo que hace que se enamoren una y otra vez?

Nos enamoramos de la otra persona o nos enamoramos del amor?

Alguna vez leí que uno se enamora más de la persona que es uno en los ojos del otro que del otro en sí…y puede ser. En ese caso, no es así de fácil la fórmula? Mantener viva la ilusión del amor? Y que pasa cuando el príncipe azul se convierte en Homero Simpson? Como mantenemos vivo el romanticismo?

Ahí estamos en problemas…esto solo funciona de a dos. Y lamentablemente, siempre es más fácil, cuando el carro no tira parejo, abandonarlo y buscar otro con las ruedas aceitadas, que por un tiempo funcione con poco trabajo y muchas ganas. O dejarse llevar por la inercia hasta que el carro se detenga…

Como sea, la paga es más que buena, así que seguiré trabajando. Me faltan todavía muchos años de aporte…

jueves, 18 de septiembre de 2008

Sumando millas

Hay muchas formas de alejarse. Uno puede tomarse un avión y estar a miles de millas, pero aún sentir cerca al otro. O puede vivir bajo el mismo techo y sentirse en otro planeta.

Como es que nos alejamos? Por que? En que momento perdemos la conexión con el otro y nos retiramos tanto que ya no hay avión que nos traiga de vuelta?

Hay veces que la distancia une. EL extrañarse ayuda a regenerar algunos tejidos que en especial la rutina y el tener al otro tan a mano destruyen.

Pero la distancia tiene un límite, que no se mide en millas ni kilómetros, sino en tiempo. Cuantos días, meses, años podemos separarnos del otro, física o emocionalmente, sin que la conexión se pierda y sea irrecuperable? Cuál será el parámetro? Lo intenso de la relación? La fortaleza del cable? La solidez de nuestros sentimientos?

Es sumamente curioso que haya amistades que mantenemos más allá de la distancia, pero casi no hay parejas que lo resistan. Supuestamente el vínculo debería ser más fuerte…

Por las dudas, no juguemos a juntar muchas millas. Probablemente lleguemos a descubrir que no nos llevan a ningún lado…

Politicamente correcto

Los hombres dicen que las mujeres decimos NO cuando queremos decir SI. Y a veces es cierto. Y no siempre un SI es verdaderamente un SI sino un “y…bueno” o un “si no queda otra…”

Aunque de alguna manera ellos tratan de entender los códigos, muchas veces prefieren escuchar el SI y creer que es un SI, cosa que no funciona igual cuando escuchan un NO y esperaban un SI

Y para complicarla aún más, están los “políticamente correctos”: aquellos, sin distinción de género, que solo por evitar el conflicto dicen que SI. Y así terminamos, en algún momento de nuestra vida, escuchando un “las cosas están mal entre nosotros”…y ni cuenta nos habíamos dado!. O aquellos que, por cumplir con un estúpido mandato social dicen que NO, aún muriendo de ganas de decir SI.

Quien puede decir que nunca dijo NO porque “que va a pensar de mi si digo SI?” O que a pesar de tener ganas de compartir mucho más dice NO para no parecer desesperado, o para que no lo gasten los amigos?

Quizá deberíamos dejar lo políticamente correcto para el ámbito laboral y tener el valor de hacer y decir lo que sentimos con las personas que nos importan.

Eso sí, asegurémonos primero que el otro entiende que no hay códigos ocultos,…sino va a terminar pensando que nuestro verdadero SI es un NO…

Es eso, o ir por la vida con un diccionario YO-EL OTRO / EL OTRO-YO, esperando que los demás entiendan el idioma…

lunes, 1 de septiembre de 2008

Seguro contra todo riesgo

Hoy hay seguros para todo. Seguro automotor, hogar, de vida, contra incendio, ART. Tenemos todas las posibilidades para minimizar el riesgo y vivir una vida “asegurada”

Cuando éramos chicos, nosotros, nuestros padres, tomábamos más riesgos. Asumíamos que había cosas que podían pasar y convivíamos con ello. Si nos engripábamos mala suerte, no nos vacunaban contra la gripe ni tomábamos un Actimel al día. Bici sin casco ni rodilleras…y así crecimos, aprendiendo a asumir riesgos, algunos más, otros menos.

Que paradoja que a nivel pareja, nuestro concepto de seguridad sea tan variado.

Comenzamos con la conquista sin hacer ninguna evaluación de riesgo. No importa si se va a quedar un año o treinta, si es mujeriego, jugador, si le gusta demasiado el alcohol…cualquier detalle que podría augurar un posible daño a nuestro corazón, en ese momento ni lo evaluamos.

Pero claro, como pasa con las inversiones, las más riesgosas son las que tienen mayor rentabilidad…o perdemos todo o ganamos mucho. Y como la tentación es grande, por lo general arriesgamos mucho y quedamos con poco. El corazón arruinado, y en algunos casos también el bolsillo.

Si sobrevivimos posiblemente aprendemos algo. Y la próxima vez apostamos a lo seguro…pero ahí viene otro riesgo: cuando la inversión es segura, nos olvidamos que está.

Si aposté en la bolsa, miro todos los días, calculo si me conviene, evalúo el mercado, vuelvo a mirar…en cambio, el plazo fijo está ahí, cuando termina el plazo recibo el interés, poco pero seguro, y ahí lo renuevo, o lo cambio por otra inversión segura. Hasta que llega un corralito y adiós seguridad.

Y con las parejas hacemos lo mismo. Si las sentimos seguras, las dejamos ahí, no nos enteramos que están, se renuevan solitas…hasta que alguien nos tienta con una mejor inversión, pero más riesgosa…y ahí decidimos nuevamente, asumimos el riesgo, nuestra vida se vuelve insegura pero con más sal…y muchas veces terminamos perdiendo todo, aun lo que creíamos seguro.

Parece que el seguro contra todo riesgo solo funciona para los autos. En las parejas, no hay franquicia que alcance…

domingo, 24 de agosto de 2008

Perros y gatos

Todos tenemos algo de animales. Algunos más que otros. En especial cuando comparamos actitudes, que lejos de ser racionales, se parecen mucho a las del reino animal.

Y hay dos ejemplos más que claros en esto, y diametralmente opuestos: los perros y los gatos.

El gato tiene fama de hacer lo que quiere. Se va cuando quiere, no avisa, desaparece en busca de aventuras en los tejados, parece no necesitar a nadie, pero vuelve a buscar la comida, porque sabe que la tiene segura, y es tonto hacer el esfuerzo de cazar para buscarla cuando sabe que existe un plato listo en casa, donde lo esperan sin reproches, sabiendo que las escapadas son parte de la naturaleza del gato

El perro tiene su característica esencial en la fidelidad: no importa si estamos de mal humor, o si no tenemos ganas de darle bola, el perro está siempre ahí, esperándonos, moviendo la cola, demostrando su felicidad de vernos más allá de nuestro rechazo. Y solo espera una palmadita, una caricia, o que de vez en cuando le juguemos un rato con la pelotita. A pesar de que se pueda malhumorar alguna vez, le es fiel a su humano más allá de toda lógica.

Si hay algún parecido con humanos (se me ocurren un par…) no creo que sea pura coincidencia.
En algún momento de la evolución de las especies se deben haber mezclado los genes. Y aunque hay gatos un poco perros y perros un poco gatos, sus características principales siguen mandando.

Hay gente que prefiere los gatos, y otra a los perros. Será así con los seres humanos?

Preferimos al gato, porque no nos gusta la gente dependiente ni sumisa, pero después queremos que tenga la fidelidad del perro?
O queremos al perro, porque es fiel y nos ama incondicionalmente, pero de vez en cuando necesitamos a alguien que nos demuestre que no nos necesita, como el gato, para acordarnos de lo importante que es mantenerle el plato de comida disponible para que vuelva?
Y si nosotros somos perros…preferimos otro perro? O un gato?

Quizá ahí está la clave de porque a veces en las relaciones, nos peleamos como perros y gatos…

sábado, 16 de agosto de 2008

La mujer en la que no me quiero convertir

Cuando era adolescente, tenía una amiga que desde chica escribía en un diario todas las cosas que le molestaban de sus padres, para leerlo cuando fuera madre y no hacérselo a sus hijos.

Lamentablemente, no la volví a ver para saber si su método había funcionado, pero siempre me pareció excelente la idea. Seguramente cuando uno cambia también cambia el cristal con el que mira las cosas, pero es una buena gimnasia eso de ponerse en los zapatos del otro, aunque sea por un rato.

Hace unos días recordaba esto hablando con un amigo acerca de lo insoportables que se ponen esas reuniones en las que todos están casados y con hijos, y cuando se juntan los hombres se unen por un lado para hablar (del ascenso que le dieron en el trabajo al tarado ese que no lo merecía, del partido de Arsenal con Sacachispas, o del traste de la nueva secretaria) y las mujeres del otro para quejarse (del colegio de los chicos, lo caros que están los Huggies, lo resfriado que estuvo Juancito la semana pasada…y ni te cuento de las paperas de Constanza!).

Obviamente, como estoy del lado de las que aun no son madres, no tengo idea de que se hace con un chico con paperas, y apenas si reconozco que Huggies es una marca de pañales. Entonces termino con los hombres, criticando el traste de la secretaria nueva (esperen un par de años, lo tiene así porque es chica y todavía no sufre la ley de gravedad…ya va a necesitar pilates 3 veces por semana!)

Y extraño la época en que mis amigas eran solteras como yo y hablábamos de otras cosas apasionantes…HOMBRES!. Pero claro, la desubicada soy yo…

Y pienso que si en este momento escribiera un diario como el de mi amiga de la adolescencia, sería algo asi:
- No quiero ser madre y dejar de ser mujer
- No quiero convertirme en quejosa
- No quiero vivir pensando en los problemas de la casa
- No quiero dejar de filosofar
- No quiero que deje de divertirme charlar de hombres con una amiga

Podría seguir…pero creo que ya a esta altura violé un par de preceptos…y es difícil crecer sin cambiar…

Posiblemente, el crecer implica que todos los No Quiero de hoy se conviertan en otros No Quiero, y ya no tenga nada que decir de los hombres, y que ser madre me llene más la vida que ser mujer (espero que eso al menos no me pase…negociemos…aunque sea que me llene de la misma manera). O quizá no queremos crecer…porque eso también duele

En fin, mi diario ya está iniciado, este blog es testigo…y si no cumplo, que Bill Gates y Blogspot me lo demanden.

viernes, 8 de agosto de 2008

Felicidad...estas??

Hoy me desperté FELIZ. Se preguntarán porque…yo también!

Mi despertador sonó, como siempre a las 6am. Casi en automático, para que algo o alguien me hable y me despierte enciendo la tele. C5N, para ver el tránsito, y empezar a amargarme temprano, y la temperatura, para saber que me pongo. Titular estilo Crónica: 6 grados bajo cero de térmica. Brrrrrrrrrrrr, me tapo hasta las orejas y me quedo dormida. 7:30 am, me despierto…me quedé dormida!!!!! Salto de la cama, derecho a la ducha…sin embargo, estaba FELIZ.

Me visto, muero de frio a pesar de los 400 mangos que pagué de luz por los aires frio-calor. Salgo. El auto con una capa de hielo encima. Le echo agua al parabrisas, a los espejitos, se moja el sensor de temperatura…gracias a eso marca solo 1 grado bajo cero…y yo seguía FELIZ.

En el camino voy soportando a Lage contar que buena que estaba la inauguración de los juegos olímpicos, y yo en el auto. Cuatro años esperando los juegos, y me caen en horario de trabajo. Ni la inauguración, ni a Messi haciendo un gol y medio. La Gral Paz intransitable. Choque de dos autos con un patrullero, pero en la otra mano. Esta estaba congestionada por los curiosos que iban más despacio porque nunca vieron un patrullero chocado…y ahí iba yo, FELIZ, riéndome hasta de los comentarios de Lage.

Llego a la oficina, reuniones toda la mañana, discusión con uno de los directores…un día de aquellos, menos mal que es viernes. No sé si será por eso, pero yo seguía FELIZ.

Pilates al mediodía, lo que implica sándwich comido en la oficina a las corridas. A la salida, sesión de depilación. Completa. Cavado, axilas y media pierna. Las que saben lo que es eso, no van a poder creer…que yo siguiera FELIZ.

La vuelta? Panamericana cortada a la altura del km 36, por unos manifestantes. 45 minutos para hacer 4 kms. Pero tenían razón, protestaban por una causa justa, así que yo, FELIZ, los saludé con la bocina.

Y aquí estoy, en casa, sola, un viernes a la noche, en piyama escribiendo en mi blog…FELIZ.
Y no me pregunten porque.

No me gané la lotería, ni siquiera juego.
Mi trabajo, igual que siempre, o peor.
El saldo de mi cuenta bancaria hoy es el que debería haber 2 días antes de cobrar…y para eso faltan 20 días.
Príncipe azul? No, ni siquiera uno desteñido.

Habrá sido el sándwich del mediodía? Algo que comí? Algún mal de ojo pero al revés? Me encantaría saberlo, para asegurarme de seguir la misma fórmula mañana, y el resto de los días de mi vida. Alguna hormona revirada? Algo que olí? Algo que soñé y no me acuerdo?

No lo sé! Pero disfruto. HOY ESTOY FELIZ. :)

lunes, 4 de agosto de 2008

Sin respiración…ni anestesia

Que extraños son los recuerdos que atesora nuestra mente. Cuan influenciados están con nuestros sentimientos, que nos hacen pensarlos diferentes de lo que posiblemente vea un observador neutral .

Estaba hablando con un amigo acerca de lo fácil que resulta para algunos y difícil para otros el expresar los sentimientos, el tirarse de cabeza a las relaciones, y que impacto tiene eso sobre nuestra vida, y también sobre nuestros afectos.

Soy de las que se tiran de cabeza, por eso paso la vida llena de chichones que cuando se curan me olvido y me vuelvo a golpear y sale otro, y otro, y no logro ni siquiera que tanto chichón me genere una coraza para que el próximo duela menos.

Entonces le pregunto a mi amigo, que es de los duritos que no se tiran porque un chichón lo rompería en pedazos, cuantas mujeres en su vida le habían quitado la respiración con solo tocarlas…obviamente, el durito se guardó sus conclusiones…pero me hizo pensar…y ahí explotaron los recuerdos.

Y como estos recuerdos se buscan en el cajón del corazón y no de la mente, surgen en seguida…y conté 3…sólo 3 dejaron en mí ese recuerdo…con solo pensarlo realmente se me aceleraba el cuore…

El tema es que a algunos de ellos los volví a ver, pero el efecto ya no es el mismo, se esfumó…aunque estoy segura que la menor chispa avivaría el fuego de nuevo, solo sería cuestión de apagar el cerebro por un rato, y eso a mí, que soy tan impulsiva como para una poner una fábrica de chichones, me cuesta horrores cuando me lastiman (algo del chichoncito debe quedar adentro y me activa algún semáforo neuronal). Y es una pena, porque la sensación es difícil de igualar, y eso deja en inferioridad de condiciones a varios prospects que no pueden competir.

Y aunque sepamos que es una sensación que no dura, que no es la realidad de la convivencia, que tiene sus bemoles, pero puede llegar a ser maravillosa, nos seguimos aferrando a revivirla. Y cuando pasa el tiempo y no la tenemos, y como revivirla con el que nos aguanta los llantos, olores y humores es mucho más difícil, salimos corriendo a buscarla en otro lado…y volvemos a estrenar chichón…

De todas formas, volvería a sufrir los miles de chichones de mi vida, solo por el placer de sentir que ya no respiro cuando me toca…

jueves, 31 de julio de 2008

El Héroe que queremos

Batman se debatía sobre lo que era mejor para Ciudad Gótica. El Guasón, como siempre, lo puso en una encrucijada: tenía que elegir entre darles el héroe que querían o el héroe que necesitaban.

Cuantas veces estamos en la misma encrucijada?

Necesitamos a alguien para presentarle a mami y papi: la persona perfecta, o al menos que lo parezca. Los chicos buscan la nena buena que mami quiera como una hija, aunque en la cama siempre prefieran a la mala…y no siempre es la misma. Las chicas buscamos al señor bueno, dulce, que mami vea que nos va a proteger, y querer toda la vida, y papi ceda su papel, aunque, como ellos, en la cama queremos al malo, al seductor, al que sabemos que tenemos que conquistar a diario…aunque eso nos juegue en contra.

Seguramente más de uno se acuerda de esa chica que no se atrevió a presentar a los papis ni a los amigos, o de morir por el profe de gimnasia que nos hacía caer la mandíbula con sus bíceps…mientras en casa nos esperaba nuestro héroe comiendo papas fritas en la cama (aunque también nos resultara irresistible…a veces)

Pero, cómo hacemos para querer sólo lo que necesitamos? O al menos encontrar al que queremos y que tenga un botoncito para transformarse en el que necesitamos…

Que me haya gustado tanto el papel del Guasón no hace más que confirmar que me sigo enamorando de los malos, que me ponen siempre en la encrucijada de decidir si puedo resistir sus diabluras solo para tener al Héroe que quiero o si tengo que hacer el esfuerzo de huir y correr a los brazos del Héroe que necesito.

En definitiva, creo que todos queremos lo que necesitamos…y lo que no también! Es naturaleza humana…

Voy a encender la batiluz a ver si viene Batman (o el Guasón) a darme la respuesta…

lunes, 28 de julio de 2008

Mentime que me gusta

El que esté libre de culpa y cargo que arroje la primera piedra. Alguien puede decir que jamás mintió en una relación? Y no estoy hablando de engaños ni mentiras que lastiman….hablo de las otras, de las “piadosas”, las que usamos para que el otro se enamore perdidamente de nosotros, para que se crea que morimos por él, para hacerlo sentir único.

Esos “nunca me había pasado esto con nadie”, “no dejo de pensar en vos ni un minuto”…son música en nuestros oídos, aunque en el fondo de nuestro cerebro, bien lejos del corazón (o del hipotálamo o de lo que sea que regule nuestro instinto de seducción), sepamos que no es cierto.
Y eso de ninguna manera significa que seamos mentirosos, es más…hasta creemos que es cierto!

Si pudiéramos anular nuestro corazón por un rato, no seríamos capaces de repetir lo mismo sin sentir que estamos verseando terriblemente, o no? Pero en ese momento, en el que estamos frente a la persona que nos hace latir más fuerte el corazón…todo eso es cierto.

Nunca un hombre me conquistó diciendo: “mirá, me parece que sos una buena persona, sos linda, y aunque tengo otras 3 o 4 en vista, podríamos probar a ver que pasa, y si esto funciona, me quedo con vos, te parece?”. Y estoy más que segura que eso pasó! Pero en cambio lo que escuché fue: desde que te conocí no dejo de pensar en vos…te extraño…y me encantó!!!!!!!!!!!!!

Por suerte, la seducción nos vuelve menos cerebrales, más naif, y por eso agradecemos las mentiritas piadosas del inicio de la seducción…y también las practicamos!

Todo es parte del juego, y mientras las reglas estén claras y todos juguemos el mismo partido, es maravilloso. El problema es que siempre hay alguien que quiere creer que es cierto, y que siempre lo será, entonces se aferra a las palabras más que a los hechos, y ya sabemos que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Pero mientras tanto, sigamos jugando. Mentime que me gusta…pero aprendé cuando parar.

sábado, 19 de julio de 2008

A la deriva

Freddie dijo una frase célebre el otro día. Bueno, en verdad escribió porque fue por msn:

Javier - Freddie dice:
vos sos inteligente y sabes que no somos corchitos a merced de las olas de las circunstancias.. tenemos velas, motor y timón, que a veces no los querramos usar es otra cosa
Javier - Freddie dice:
o nos cueste..
Daniela dice:
mi vela está hecha mierda, demasiados vientos...el motor no tiene combustible (mucho lock out patronal) y al timón lo quebré con los cambios de rumbo,,,mas que un corcho parezco un ancla!

Y así me siento…como un ancla! Ni siquiera tengo la posibilidad del corchito de cambiar de rumbo, al menos según me lleven las olas. Ahora, me pregunto: cómo llegamos a perder el control de nuestra vida de esa manera? En qué momento dejamos que el viento nos dirija, soltamos la velas, o le damos el timón a otro?

Seguramente pasa de a poco, como en la fábula de la rana que esta plácidamente nadando en agua fría, pero resulta que su “mar” era una olla al fuego…pero como el fuego calienta de a poco, la rana se acostumbra a la tibieza, luego al calor…y cuando se da cuenta esta hervida!

Cuantas veces nos pasa que nos vamos acomodando, acostumbrando a lo que no nos gusta, cedemos una, dos, y luego resulta que cambiamos nuestra vida, nuestra esencia..? Seguramente eso no dura, porque de alguna manera nuestra esencia aflora, y nos devuelve la sensación de incomodidad que necesitamos para forzar el cambio

Algunas veces tememos a los vientos fuertes, a las tormentas, a los huracanes, a todo lo que nos desestabilice. Pero tomando la analogía de Freddie, cuanto mejor nos vendría una tormenta cuando todavía tenemos las velas fuertes, el motor lleno de combustible y el timón está en nuestras manos…seguramente ahí estaríamos en condiciones de virar o poner el tormentín para capear el temporal.

Lamentablemente la vida nos acostumbra a brisas que no siempre queremos. Lo importante es asegurarse todos los días, que nuestro barco está preparado para el viraje.

Si no, seguiremos como hasta ahora, emparchando nuestras velas y esperando la próxima brisa…

domingo, 22 de junio de 2008

Adicciones

Mi hermana no puede dejar el cigarrillo. A veces pienso que no puede, pero otras creo que no quiere...
Una amiga no puede despegarse del novio (o ex novio) que le dice que quiere estar solo, pero le manda mensajes todo el tiempo para “saber como está”...
Un amigo discute a rabiar con su amante, se jura no verla nunca más, pero cuando se la cruza (claro, porque ella elige cruzárselo) no se puede resistir...
Y yo...bueno, no fumo ni bebo...

Cuando las vemos en los otros, la adicción por la otra persona es tan clara, que nos preguntamos: Cómo es que no se pueden resisitir? Cómo tolera mi hermana las bronquitis crónicas y no se decide a dejar el cigarrillo? Cómo es que nos sentimos tan mal después de ese sms que no quisimos contestar pero que no pudimos resistirnos...y lo volvemos a hacer?

Claro, las adicciones parten del placer que nos da el vicio, hasta el punto en que deja de darnos placer, sabemos que nos lastima...pero seguimos! Cómo se rompe el hechizo?

Alguna vez escuché que las adicciones no se curan, se reemplazan por otras...entonces empecé a probar con mis equivalentes a los parches de nicotina en el amor...
Busco un amante parche que me libere del síndrome de abstinencia que me hace seguir colgada a gente tóxica solo por el recuerdo de buen sexo...
Busco amigos parche que me contengan, y nuevos si es posible, porque los viejos ya están hartos de escuchar lo mismo de siempre...
Busco nuevos “prospects” que me levanten la autoestima, y así tener un escudo para cuando llegue el sms tan temido...

Obviamente, todo ayuda...pero los momentos de debilidad son tremendos...y a veces los parches fallan, se termina el efecto, no hay stock, no contienen la dosis suficiente...y ahí caigo nuevamente...a contestar el sms, a llamar por teléfono sabiendo que no va a contestar...y el síndrome de abstinencia vuelve peor que nunca!

Necesito otra alternativa...

Servirán los cruceros de solas y solos como una clínica de rehabilitación para las adicciones al amor?

lunes, 16 de junio de 2008

El momento justo, el lugar adecuado

Charla de café. Charla de pizza en realidad. Parece que la pizza nos inspira más que el café. Debe ser más efectiva la muzzarela que la cafeína. En fin..

Debate del día: el amor llega cuando tiene que llegar o solo si lo buscamos? O llega siempre, pero si lo buscamos ayuda? Y cuando llega, avisa? Es decir: nos damos cuenta que lo tenemos delante, o le pasamos por al lado y ni lo miramos?

No era nada simple. Todas las posturas tenían su lógica, pero si los demás tenían razón y yo no, me tenia que sentar a esperar y seguramente, el día que cruzara al amor de mi vida, alguna señal se me iba a encender y a partir de allí todo iba a ser maravilloso en mi vida (al menos durante un tiempo...pero este es tema para otro post!)

Ahora, mi postura es que, así como a la suerte hay que ayudarla, al amor también. Y si no estamos abiertos, dispuestos, felices y no desesperados...podemos tener adelante a la cruza de Brad Pitt con George Clooney, muerto por nosotras y ni siquiera así nos vamos a enamorar. Seguramente, en mi caso, si estoy en mis momentos de “Prohibido enamorarse”, lo voy a volver loco, mas que de costumbre, voy a sacar todo mi egoísmo y turrismo de adentro, hasta que se aburra. Que se cree...venir a mi vida justo ahora!. Aunque he descubierto que esas actitudes funcionan a veces como un imán en los hombres...en especial en los brads pitts que no estan acostumbrados al rechazo...pero esto también lo dejamos para otro post

Es mucho más fácil la postura opuesta: quedarse esperando que el gran amor aparezca, y ahí seguro que nos damos cuenta, lo aceptamos, somos felices y comemos perdices.
Ahora...llegará en el momento justo y el lugar adecuado? Y si justo toca el timbre en casa cuando tengo puesta la mascarilla de limpieza? O si me lo cruzo justo cuando estoy cenando con Otro Candidato A Amor De Mi Vida, esperando la señal?
O será que cuando llega, gallardo en su corcel blanco (o en su descapotable, o su 4x4) resulta que el momento no es el adecuado...porque ya está casado???

Por favor, Amor de Mi Vida, mandame un sms cuando estés llegando!
Chau, me voy a sacar los ruleros...

sábado, 14 de junio de 2008

Mi columna derecha

Era un ejercicio más que interesante. Teníamos que reproducir una conversación conflictiva, y escribir en la columna izquierda la conversación real y en la derecha lo que realmente habíamos pensado cuando hablábamos o cuando el otro hablaba.
A pesar de que el ejercicio era en un curso laboral, y mi cerebro debía estar “profesionalizado”, y pensar únicamente en situaciones laborales conflictivas...indefectiblemente, mi corazón ganó y todas las conversaciones que se me ocurrían, estaban más ligadas a mi vida personal.

Renuncié a la lucha corazón-cerebro (ya se quien gana...), y cuando el profesor dijo que era solo para nosotros y no había que mostrarlo...bingo! Ahí desplegué toda mi imaginación, mis recuerdos, mis enojos...y me aboqué a la tarea de escribir, escribir, escribir, con la esperanza de que algún alma caritativa (realmente el profesor era muy bueno) me enseñara a no volver a caer siempre en las mismas discusiones sin llegar a ningún lado.

Entonces, vayamos al ejemplo! (CD=columna derecha)
EL: - Hola?
YO: - Hola amor como estas? (CD: al fin se digna atender el teléfono...)
EL: - Bien, a full de laburo (CD: si, yo estoy de vacaciones...)
YO: - Uy, pobre...tenés para mucho hoy? (CD: otra vez vas a llegar a la hora del...???)
EL: - Si...no se, tengo reuniones todo el día, no se a que hora termino
YO: - Ok, cuidate, avisame si llegas tarde así no me preocupo (CD: como se llamará la “reunión” de hoy? Carina? Paula? Vero?)
EL: - Si amor, te quiero
YO: - Yo también. Beso

Con el tiempo, la columna derecha empieza a reemplazar a la izquierda, y esa es una de las últimas conversaciones que uno tiene en una pareja, que deja de serlo a menos que uno sea masoquista o esté loco!
Y ni imaginemos la CD de él! (Otra vez llama??? Y ahora que quiere??? Uy...ahora que digo??? Uf...zafé!!)

Lo que es fácil imaginar, es esa misma conversación unos meses o años antes...
EL: - Hola cariño!
YO: - Hola amor como estas? (CD: recién se fue y ya lo extraño...)
EL: - Bien, a full de laburo (CD: pobrecito...como lo estresan)
YO: - Uy, pobre...tenés para mucho hoy? (CD: no veo la hora de verte de nuevo)
EL: - Si...no se, tengo reuniones todo el día, no se a que hora termino
YO: - Ok, cuidate, avisame si llegas tarde así no me preocupo (CD: lo espero despierta hasta las 2 am si es necesario)
EL: - Si amor, te quiero
YO: - Yo también. Beso

Y posiblemente su CD también sería diferente...(Es ella...ya me extraña, que lindo! Este laburo me esta ocupando mucho tiempo...Voy a inventarme un dolor de cabeza así me voy temprano a comerla a besos!)

Que es lo que hace cambiar tan bruscamente nuestra columna derecha?
Será que el velo del amor simplemente se va poniendo cada vez más transparente, y nos permite ver cosas que siempre estuvieron ahí y nunca vimos?
O es simplemente tedio, cansancio?
Y si siempre habláramos con la columna derecha? Quizá las relaciones no durarían más de dos días!

Es muy difícil descubrir los mapas mentales del otro, encima tenemos que adivinar su columna derecha, ser perceptivos para detectar los tonos de voz, aprender a conocernos, saber que espera el otro de nosotros...y a todo eso le sumamos la incapacidad humana (masculina principalmente) de expresar las emociones, no solo verbalmente, sino también con hechos!
No les pasa que nuestras parejas, amores, amigos, nos dicen una cosa, y actúan como si pensaran lo contrario?? Y ahí que hacemos??? Creer lo que más nos conviene!!!
Nos dice que nos quiere, pero no nos presta atención ni le preocupa lo que queremos...pero le creemos el Te Quiero! No nos dice nada, pero si tiene un minuto se atraviesa la ciudad para vernos...entonces le creemos el Te Quiero que no dice...

Yo creo que nos enamoramos de un engaño, solo de la columna izquierda de las personas. Y ni nos queremos enterar de la columna derecha!

En fin, el curso no nos dio la solución, quizá debería probar con Telepatía partes I y II!

domingo, 11 de mayo de 2008

La vida color de rosa

Es increíble la capacidad que tenemos de cambiarle el color a la vida cuando tenemos ganas.
Si estamos tristes, todo está gris. Entonces el tránsito es peor que nunca, si llueve es una porquería, y si hay sol es peor porque seguro que a la tarde hace un calor de locos. En la radio pasan siempre temas románticos idiotas, canciones melosas en italiano, entonces mejor cambio de estación y escucho a Lage, que seguro protesta contra alguien y tiene razón!
Y así seguimos, cambiando el color de la vida según como nos sentimos...y como una rueda sin fin, los colores contagian, así que es cada vez más difícil pasar de un gris a un verde que nos devuelva la esperanza, que nos recuerde que siempre que llovió paró, porque si la cosa está gris, es más probable que se vuelva negra...

Y ahí es cuando la vida se las ingenia para darnos una chance: y resulta que en uno de esos días, nos cruzamos con alguien que de pronto nos pone unos anteojos color de rosa, y comenzamos a vivir todo de manera diferente: la lluvia es divina, seguro que después sale el arco iris...además son tan románticas las tardes de lluvia!!. Y sí...el tránsito es pesado, pero mejor si el próximo semáforo se pone en rojo así escucho un ratito más ese tema en italiano “Vatene amor” que tan lindos recuerdos me trae...

Entonces, como el rosa llama al rosa, nos empezamos a poner más tontos que nunca...y por algún efecto cromático que desconozco, la realidad se desdibuja y nos volvemos ciegos: ahí es cuando dejamos de ver los defectos del otro, los convertimos en la persona ideal, hecha tal cual nosotros hubiésemos imaginado...y no hay amiga daltónica que pueda convencernos de lo contrario!
Y entonces nos encanta que tenga tanta pasión por algo (“seguro! Pero olvidate de los fines de semana con él” diría mi amiga daltónica), que se sienta feliz en su trabajo (“sí...seguro que todos los días llega a las 11 de la noche...y ni tengas hijos! Ni loco falta a SU trabajo para llevarlos al médico”) que sea tan seductor (“o mujeriego?”)...y así seguirá mi amiga tironeando desesperada de mis anteojos rosas sin poder sacarlos de mi cara...ni de mis orejas, porque vienen con sordera selectiva incluida, todo por el mismo precio...

Pero por suerte (o no...) los anteojos tienen fecha de vencimiento, el rosa empieza a desteñir, y nos quedamos nuevamente viendo la vida tal cual es...ni blanco, ni negro, ni gris ni rosa...llena de colores, que seguiremos tratando de interpretar, o sufrir, mezclándolos a nuestra manera.
Sería tan aburrida la vida en blanco y negro...

domingo, 27 de abril de 2008

Geografía del amor

He descubierto que mis relaciones amorosas están llenas de accidentes...geográficos.
Paso de ríos de llanto a montañas de felicidad, y me aburro absolutamente cuando llego a una llanura en una relación.
Obviamente, prefiero las montañas...pero cuando uno sube a la cima...ya no queda otra que un camino de regreso en picada, o una bajada menos abrupta, pero que llega a un valle, y de ahí al aburrimiento

Ayer conversábamos con un amigo acerca de nuestras relaciones mas “accidentadas” siguiendo la analogía, y coincidimos en que fueron las mejores...paradójicamente, las que más nos hicieron sufrir, también fueron aquellas en las que amamos más profundamente, y que nos llevó del Everest a la Fosa de las Marianas sin escalas...con todas las consecuencias que se puedan imaginar!

Será esto lo que nos convierte en adictos a las emociones fuertes? Será que después no podemos conformarnos con una relación tranquila? Nuestra felicidad necesita de la droga de la adrenalina para seguir viva y no anquilosarse en una relación?

No suena lógico. Las relaciones emocionantes son efímeras, eso es seguro. Nadie sobrevive a tanto cambio de felicidad a depresión, de amor a odio, de endiosamiento a decepción...menos si todo el tiempo se repiten las mismas emociones...

El problema es que también disfrutamos de las relaciones “reales”: aquellas que tienen sus problemas, pero que se mantienen en niveles mucho más normales...son solo momentos buenos y momentos malos, pero los accidentes geográficos no son pronunciados...y esas son las que duran...pero cuando pensamos en nuestro “gran amor”, indefectiblemente pensamos en las relaciones más difíciles...y ahí nos pica nuevamente el bichito del cambio

Es siempre lo mismo: las novelas mexicanas, los cuentos rosas de Cenicienta y el Príncipe Encantado, la Bella Durmiente, hasta Shrek!!! Todo nos enseña que el verdadero amor es aquel complicado, por el que hay que luchar hasta el final, que tiene los peores momentos...y entonces lo seguimos buscando

Para que conformarnos con aquel que simplemente esté cuando lo necesitamos, nos quiera...si podemos complicarnos la vida buscando al que nos haga sufrir??

Me parece que voy a dejar los accidentes geográficos para las vacaciones...estoy empezando a enamorarme de la llanura pampeana!!!

sábado, 19 de abril de 2008

Mis tres patas

Cada uno es arquitecto de su propio destino. Y como el destino es el que construye la vida misma, siempre imaginé mi vida como un gran edificio sostenido por tres columnas: el amor, la salud, y la parte económica y profesional.

Obviamente esas tres columnas están muy bien apoyadas sobre los afectos de toda la vida, esos que no cambian si me enamoro o no, si estoy sola, en pareja o en un período de descontrol total: los amigos y la familia.

Bueno, hasta ahí mi construcción venía bien. Buena base, columnas...así que ahí encima empecé a apilar pisos. Al principio eran pocos, y las columnas resistían perfectamente...pero los años van agregando pisos y con esto más peso a las columnas...que empezaron a debilitarse...

Entonces, para no perder el equilibrio, siempre sobrecargo una columna cuando alguna otra se debilita.

Si me quedo sin amor, en seguida pongo todas mis energías en el trabajo, me aturdo, cargo a la otra columna...y ahí como en todo desequilibrio, la salud empieza a decir aquí estoy...y tengo que correr a salvar otra columna! Entonces aflojo con el trabajo...y la columna amor empieza a recordarme que está desmoronada y me tengo que ocupar de construirla nuevamente..

Si tengo problemas económicos o laborales, la columna amor empieza a sentir el peso de mis rabietas, desencantos, problemas y decepciones...y se resquebraja también...entonces, vuelvo a apoyarme en ella, espero que pase el terremoto...y que la salud no se resienta...

Y así corro, toda mi vida emparchando columnas...

Estoy empezando a pensar que no soy buena como arquitecta, debería pedir ayuda profesional. Por ejemplo, a mis amigos que supieron construir una torre gigante sobre una sola columna: la familia, o el trabajo...pero solo una. Entonces lo demás es secundario, y su mundo difícilmente se tambalee...solo se abocan a cuidar Su Pata a cualquier precio...y el edificio sigue en pie.
En su trabajo está todo bien, porque ellos siempre están felices de trabajar, y la empresa está feliz de que lo esté. Jamás se quejan, como quejarse si es su vida?
Y se trata de mis amigos que se apoyan en la pata familia, entonces también están siempre bien: la familia siempre está, y si la pareja no funciona, se buscan una amante y listo.

Ahora vuelvo, me voy a anotar en Arquitectura antes que mi edificio se desmorone...

miércoles, 9 de abril de 2008

Sexo sin amor


Creo que ahora entiendo a los hombres. Bueno, un poco.
Les cuento porqué.

Cuando era adolescente soñaba con casarme con mi primer amor, y que sea para toda la vida. Es decir, era una chica normal. Por eso, pensaba que el sexo era solo por amor...hasta que la ilusión se terminó, pero vino otra etapa: la de descubrir cuan divertido puede ser el sexo cuando no hay sentimientos, compromisos, obligaciones...solo el instinto básico de tomar lo que uno quiere.

Mi problema es que siempre, al final, me enamoro. De ese, o de otro...pero vuelvo al sexo con amor, que definitivamente es mucho más maravilloso...pero tiene su precio.

Ahora, la pregunta del millón es: si es tan divertido el sexo sin amor, por qué lo reemplazo siempre? Será que deja de ser divertido? Y en ese caso, cuando y por qué?

Y LO DESCUBRI!!! El sexo sin amor es divertido cuando uno no necesita amor.

Puede ser que esté cubriendo su cuota de amor con amor al perro, a los hijos, a sí mismo...o al marido! Aunque esa parte nunca la aprendí: cuando me enamoro, me pongo estúpidamente monógama.

Pero sí empecé a entender, un poco, porqué los hombres habitualmente siguen casados, o mantienen relaciones matrimoniales terminadas...siempre y cuando puedan tener sexo sin amor afuera. El combo es perfecto!!. Y ellos no tienen esa malformación genética de la monogamia...

Y claro...como leí hace poco: hay que tener demasiado coraje para poner todo el amor en una sola persona.

Y creo que el coraje se me terminó...
Chicos...me pasan la fórmula???

viernes, 4 de abril de 2008

Disfraces

“No hay disfraz que pueda durante mucho tiempo ocultar el amor donde está, ni fingirlo donde no está” (La Roche-Foucault)

No tengo ninguna autoridad para disentir con Monsieur Francois, pero realmente me parece una visión facilista de las cosas.

Cuantas veces nos enamoramos en la vida? Hay quienes dicen que solo una…yo creo que me enamoré varias veces…o quizá ninguna, dependerá de la interpretación del amor.

Cada vez que me enamoro, nada, ni siquiera nuestro amigo Francois va a convencerme de que las mariposas en la panza, la sonrisa imborrable, la felicidad casi insultante para el resto del mundo es solo un disfraz que está ocultando que ese amor no existe. Entonces EXISTE. ES. ESTÁ.
Se siente, se sufre, se disfruta…y un día se termina. Y a veces lo seguimos buscando, intentando repetir sensaciones, tratando de revivir el fuego.

Pero realmente, el disfraz estaba en un inicio, fingiendo un amor que no existía, o apareció después, tratando de ocultar el que ya no está?
Era amor de verdad, al menos mientras duró? O en verdad estábamos enamorados del amor y no de nosotros mismos? Como saberlo? Es imposible no enamorarse del amor.
Será que el amor tenía que surgir en ese momento, porque estábamos preparados, y nuestro amado fue solo una casualidad, que estaba en el momento justo en el lugar adecuado?

Ay, Francois…acabo de darme cuenta porque odio tanto las fiestas de disfraces…

miércoles, 27 de febrero de 2008

Siempres y Nuncas

Cuantas veces en la vida expresamos algún “siempre” o “nunca” del que estamos absolutamente convencidos?
“NUNCA voy a coimear a un policía”...hasta esa vez en que las opciones eran veinte pesos dentro del documento o perder medio día de mi fin de semana en la costa discutiendo una falta inexistente.
“NUNCA usaría una pollera tan corta!”...pero bueno...la moda es así!

Y en el amor??
“SIEMPRE te voy a amar” “NUNCA te dejaría” “SIEMPRE voy a ser fiel” “NUNCA perdonaría una infidelidad” “SIEMPRE te voy a decir la verdad” “NUNCA saldría con alguien del trabajo”...y así miles

Pero resulta que la vida, solo por llevarnos la contra, decide que la rutina es implacable y el amor se termina, que uno deja cuando el amor lo deja, que ese día había tomado mucho y estaba deprimida, entonces en verdad no cuenta como infidelidad...y las siguientes veinte veces tampoco...y que si me pueden perdonar yo perdono.
Y ni hablar de ese compañero de trabajo simpático, buen mozo, el cual después de compartir diez horas diarias por tanto tiempo se convirtió en irresistible...

A pesar de los SIEMPRES que resultan “Por Ahoras” y los NUNCAS que se convierten en “Quiza”, volvemos a creer que va a ser SIEMPRE o NUNCA porque no hay nada más lindo que el momento en el que sentimos un amor tan grande que nos parece para siempre, casi tan lindo como cuando descubrimos a ese alguien que nos hace replantear todos los SIEMPRES y NUNCAS de nuestra vida.

Después de todo, la vida está hecha de SIEMPRES y NUNCAS con fecha de vencimiento...

miércoles, 13 de febrero de 2008

Almas gemelas

Recuerdan aquella historia que contaba que en un inicio las personas estaban completas, eran hombre-mujer, todo en uno, y un Dios enojado para castigarlos los partió en dos, y desde ese momentos todos buscamos nuestra otra mitad?

Como será nuestra “otra mitad”? Será igual a nosotros? Almas gemelas? Si éramos uno, debíamos compartir almas...

Es decir: yo debería buscar a un terrible cabeza dura, que odie cocinar, sea independiente, profesional, impulsivo, que odie la rutina pero tenga el sueño de familia Ingalls, pero también que le guste escaparse de vez en cuando sin pensar en nada...

NO!!!!!!!!! Definitivamente, no lo soportaría!! Se imaginan dos cabezas duras juntos??? Quien cede??? Ninguno!! Además de morir de inanición, seguramente uno se aburre de la rutina antes que el otro, y cuando yo quiera escaparme, él va a querer mirar la tele comiendo papas fritas...eso siempre y cuando nuestras respectivas independencias permitan que nos crucemos en la vida.

No va a funcionar. Cambiemos de teoría: podemos pensar también que nuestra “otra mitad” sería nuestro complemento. Analicemos:
Mi pareja ideal en ese caso sería un hombre que no me contradiga, preferiblemente chef, nada de independencia, solo sería parte de mí sin individualidad, rutinario...

Menos aun!!! Me aburro en 3 días...

Entonces??? Dónde está la fórmula?? Existirán los términos medios?? Aún en ese caso, la parte que sea igual va a chocar y los complementos aburren...

Que difícil...cuando van a inventar los Hacedores de Hombres a Medida?? Algo así como que uno entregue un plano, y lo construyan a nuestra necesidad...

Eso sí: a mí no me pidan el plano, todavía no sé como lo quiero...

martes, 22 de enero de 2008

Los muchachos de antes...

Después de tantos años de lucha ininterrumpida, al fin lo logramos: los hombres y las mujeres somos iguales. Y esto recién empieza...

Hoy por hoy, las mujeres...
...preferimos el pantalón a la pollera
...trabajamos tantas horas como ellos o más, y ganamos el mismo salario
...llevamos el auto al mecánico, inclusive entendemos cuando nos hablan de tren delantero y juntas homocinéticas
...ya hay mujeres árbitros de fútbol
...y hasta nos gusta el sexo más que a ellos!

Y los hombres de hoy?
...usan crema antiarrugas
...se hacen cirugías estéticas
...cambian pañales
...cocinan mejor que nosotras
...les encanta el shopping y van al supermercado.

Las costumbres cambiaron...pero...las responsabilidades también??

Preferimos el pantalón, pero para conquistarlos, apelamos a la pollera
Trabajamos muchas horas, pero cuando el nene se enferma dejamos todo
Ellos van al súper, pero la lista la hacemos nosotras
Cambian pañales, pero no saben que marca comprar

¿¿No añoran la época en la que nos dejaban pasar primero, nos abrían la puerta del auto (que manejaban ellos) y nunca pagábamos una cena??
Antes no existían los “metrosexuales”...

Vamos a tener que tener cuidado con lo que deseamos: se nos puede hacer realidad.

El camino de la vida

Ollantaytambo. Camino de Machu Picchu a Cuzco. Todos dicen que el Valle Sagrado es un lugar mágico, que invita a la paz y la reflexión, y nada más cierto.

Luego de tantas sensaciones mezcla de asombro, sobrecogimiento, euforia y paz, llegamos a una antigua casona donde funciona un restaurante, alejado del camino, casi escondido.

Estoy sentada en unos escalones de piedra, frente a una barranca florida, un escenario que parece montado de tan perfecto. Enfrente, un río y una montaña tan cercana y empinada que parece avanzar hacia mi. En ese momento me surge un pensamiento: yo podría pasar el resto de mi vida en este lugar...pero...podría?

Como podemos saber si lo deseamos por el contraste con lo que menos nos gusta de nuestra vida actual, o si realmente es lo que queremos?

Como sabremos cual es el lugar en el que el camino de nuestra vida desemboca?

O es que la vida es un camino sin fin, y solo se trata de seguir?

El camino del Inca tiene cada 5 kilómetros lugares de descanso y reaprovisionamiento para el viajero, y cada 30 kms, ciudadelas para vivir, y quedarse o seguir.

Seguiremos siempre como caminantes de paso? O encontraremos nuestra ciudadela en la vida?

Quizá ya la encontramos, solo que el cartel que indica el próximo pueblo resulta tan tentador...