sábado, 31 de marzo de 2007

Mujeres independientes

A los veintipico, en la era de la pasión y la locura, mi meta en la vida era clarísima: independencia. En todo sentido.
Obviamente, los valores inculcados por papi y mami (gracias a Dios!!) hacían que hubiera solo una forma de conseguirla: estudiando, obteniendo un título universitario que me permitiera desarrollarme tanto social como profesional y económicamente, para así nunca depender de nadie en la vida para ser feliz.

Como soy terriblemente porfiada, y una vez que estoy convencida de algo nada me desvía de mi meta, así pasé mis veintipico: iba a la facultad de noche, trabajaba, al principio medio día luego día completo, el resto del tiempo estudiaba. Los sábados eran para las reuniones de equipo donde preparábamos los exámenes y/o trabajos prácticos, y los domingos, almuerzo en familia...y siempre quedaba algo más que repasar o preparar para la Facu...

Increíblemente, disfrutaba enormemente todo eso. Tenía un novio con el cual hablábamos por teléfono una vez por día durante la semana, y salíamos los sábados a la noche. A veces compartíamos los domingos pero no siempre...y funcionaba!!
Todos mis conocidos no podían entender como no iba a bailar, no salía en la semana, no me importaba el shopping...pero realmente no me interesaba, estudiar no era un sacrificio, era simplemente lo que tenía que hacer en la vida, y me gustaba!

Por supuesto, una vez que me recibí y comencé a crecer en mi carrera, cada vez mis ideales eran más fuertes y más claros. Eso sí, empecé a disfrutar lo que no había hecho a los veintipico, lo que fue aún mejor: locura y pasión pero con madurez como para disfrutarlo sin arrepentimientos...
Tenía mi independencia y mi carrera...ahora faltaba “completarme” con la parte emocional...y ahí empezaron los problemas!!

Claro, la bendita independencia...también tiene sus bemoles. Independencia es no rendirle cuentas a nadie, no necesitar a nadie, poder pegar un portazo en cualquier momento porque una no depende de nadie...y eso como nos deja parados al formar una pareja?? Y lo peor de todo...por supuesto...elijo hombres independientes!!!!!!!!!!!!!!

Y ahí empezó mi crisis existencial.

Por qué las mujeres que veía como idiotas y dominadas porque se quedaban en la casa mientras el marido salía a trabajar ahora me dan envidia?
Por qué algo que amaba como mi carrera profesional ahora se me viene en contra, porque es tan bueno que no quiero dejarlo, pero ya se me hace una carga terrible?
Donde está el equilibrio?

Maldita independencia...

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