jueves, 12 de febrero de 2009

Acorazados

Como cuesta generar murallas para defenderse de las heridas del alma.

Uno con el tiempo va aprendiendo. O eso cree. Entonces ya deja de estar con la guardia baja para recibir los golpes que le depara la vida, y empieza a generarse sus propias corazas que lo ayuden a que duela menos.

A veces, las construimos tan sólidas que no dejamos entrar nada. Y ahí sí que no entra nada. Ni dolor ni placer. Y apenas vemos a alguien que las intenta destruir, apenas asoma con el pico y la pala, huimos despavoridos y reparamos cualquier raspadura que haya podido hacer.

Otras veces no resistimos. Y las dejamos caer. O el pico y la pala resultan un taladro percutor y no hay quien nos salve.

El problema es cuando el taladro sigue su camino, y nos termina dañando a nosotros, o simplemente el dueño de semejante herramienta, una vez destruida la pared, descubre que lo de adentro no es tan atractivo como parece, y sale en busca de otro desafío.

Y algunas veces somos nosotros los que le hacemos lo mismo a otro. No es solo nuestra coraza la que está en juego. Cuando se juntan dos acorazados en el combate, la guerra es difícil…siempre uno de los dos es más fuerte, y el recuento de daños después de la guerra es desparejo para ambos bandos.

Eso sí, al momento de desarmar la muralla, todo es un remolino. Todo se siente más. El amor y el dolor, los celos, la distancia, el miedo, la incertidumbre…y el muy difícil superar invictos la tormenta del amor cuando recién se sale de la coraza…somos un manojo de vulnerabilidades…

Y esa es la etapa más peligrosa, la que más miedo da…y no hay peor consejero que el temor a ser lastimado…

Ese es el mismo miedo que ante una desilusión nos hace correr a amurallarnos de nuevo. A formar de a pedacitos un escudo protector.

Pero tanto apuro por estar protegidos nos hacen elegir los elementos equivocados. Y queremos protegernos con nuevas relaciones cuando no estamos preparados o con aventuras que terminan llegándonos más profundo de lo que esperábamos…o aturdiéndonos con actividades que no nos llenan. Todo sea para no sentir…y que eso pase rápido, hasta que el dolor desaparezca.

En definitiva, tenemos que asumir que si queremos amar, va a doler.

La otra opción, la del escudo definitivo no es vivir. Es sentarse a ver pasar la vida. Eso sí, con protector solar, y en un segundo subsuelo…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por que no hablas de las cosas que te pasan?

Estas todo el tiempo hablando de vos pero de

manera no solamente subrepticia sino torpe,

porque no se, no quiero ofender, pero da la

sensacion que queres dar el perfil de

columnista, y esta bien, estas en tu derecho,

pero es torpe. Y si escribis para vos,

tambien esta bien, pero me da la sensacion

que no, en cuyo caso tal vez te sirva saber

que como parte de tu platea me interesa lo

que pienses y las cosas que sientas pero no

me interesa conocerlas de esta manera, vale

decir, como si pudieras erguirte ante ambas

cosas de manera imparcial solamente porque

escribís cinco parrafos acerca de ellas,

cuando todos sabemos que no es asi, y que tu

caso en realidad es el de alguien que, como

a todos, le pasan cosas, pero cosas que en vez

de contar decidis esconder y exhibir en su

reemplazo la version frivola, distante y

politicamente correcta de ellas. De manera que

en conclusion, si no empezas a abrirte,esta

bien, seré yo, pero tendras un lector menos.

Anónimo dijo...

No me parece que esta dama hable de manera torpe, al contrario, lo hace de una forma imaginativa e inteligente. Lógicamente esta columna no pretende ser un chat frívolo a la manera de un talk show, por el contrario, veo exquisitez en el texto y un toque de genialidad inclusive. Sin embargo, lo que aquí sucede es que estos pasajes novelescos parecen destinados a no tener final feliz y eso es lo que desespera, saber que hay por ahí un alma que no encuentra el caminito de vida que muchos ya hemos recorrido, lo cual no signifca tampoco que seamos del todo felices. De hecho, matemáticamente hablando la felicidad es una función discreta, que no continua, únicamente ocurre de forma puntual y no dura demasiado.

pato49 dijo...

De manera torpe? queres leer algo torpe? lleme a mi que no se escribir bonito como mi hermana...ella esta hablando de SUS VIVENCIAS, esas no son acaso las COSAS QUE LE PASAN? En cuanto a que mi HERMANA quiera ser columnista..humm, no lo necesita,ya es TANTAS COSAS! desde titulos universatarios, hasta fotorafa, catadora de vinos y no se cuantas cosas mas, pero si lo hace , le gusta, le sirve, y buen sera otro lujo que se puede dar...
Y si le pifia en las cosas del corazon..ES MUJER!! no sera que te a vos te fastidia un poco una mujer que aparte de ser INTELGENTE, BRILLANTE, ES BONITA???
Que tengas un buen dia

Patricia Rodriguez