sábado, 28 de febrero de 2009

El caos que buscamos

Hay un cuento bastante interesante, que relata como muchas veces los desastres suceden solo porque esperamos que pasen y entonces actuamos en consecuencia y los terminamos provocando.

Hay varias versiones, pero más o menos la historia es así: en un pueblo, una mujer se despierta con el presentimiento de que algo malo va a pasar. Lo comenta en su familia, y por las dudas, sale a “prevenir” eso que va a pasar. Entonces compra más provisiones y lo comenta al del mercado, que se lo comenta a otro…y la historia termina en que es tal el pánico que se genera, que sobreviene el caos…y la mujer termina diciendo: vieron que yo tenía razón??

Sacando lo exagerado de la historia, creo que es absolutamente cierto como nuestros preconceptos, ideas, miedos, pueden alterar el curso de nuestra vida provocando lo que realmente no queríamos que pase.

Y así es como vemos economías deprimidas por el conservacionismo en el consumo que provoca el augurio de un caos, gente que solo conserva su trabajo porque piensa que se viene un aumento de la desocupación, y empresas que se toman de eso para hacerlo real…y también parejas que fracasan solo porque alguno de los dos cree que no es posible que funcione.

A veces algo nos parece tan bueno que nos empeñamos en creer que no puede ser cierto, y de alguna manera lo boicoteamos para que no lo sea. Nos ponemos en la postura de “algo malo tiene que tener” y no paramos hasta encontrarlo…claro, lo encontramos

O debido a un par de tropezones, nos quedamos esperando a tropezar nuevamente. Entonces andamos con más cuidado, nos movemos especulando, pensando cada movimiento, y eso termina anulando nuestra espontaneidad, y convirtiéndonos en otra persona…lo que lleva seguramente a un nuevo tropiezo, o a la caída final

Es muy difícil dejar de lado los miedos, en especial cuando venimos golpeados de antes. Y aun no existen pastillas que nos generen un nivel tan alto de inconsciencia como para ignorarlos.

Y el problema mayor es cuando los miedos en una pareja son de ambas partes…seguramente cada uno va a confirmar su propia teoría del caos con el comportamiento del otro.

Quizá si pudiéramos tener conciencia del por qué de nuestras acciones, quizá si pudiésemos encerrar los miedos y probar de nuevo, funcione…quizá, como cuando éramos chicos hablar de lo que nos daba miedo lo volvía menos real, ahora podamos expresarlos y así desaparezcan…pero para eso hay que identificarlos…

Era tan fácil cuando nuestro único miedo eran los monstruos del placard…

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