domingo, 5 de julio de 2009

Medias tintas

Hace unos días alguien me dijo que yo no parecía sentirme cómoda en la informalidad. Me llevó un par de días entender su definición de “informalidad”, o al menos cual era mi traducción. Y me dí cuenta que con lo que no me siento cómoda es con los puntos medios.

Tuve relaciones que eran solo sexo. Y funcionaron divinamente bien. Y otras que eran amor, o enamoramiento, o ambos, y en las cuales el sexo era aún mejor. Y también funcionaron bien.

El punto es que con lo que no puedo lidiar es con los intermedios que no se definen. Y si a eso se refería cuando hablaba de informalidad, estamos totalmente de acuerdo.

No puedo con las relaciones que a veces son solo cama y a veces son mimos, caricias, desayuno juntos, cucharita, reuniones con amigos…y después desaparecer una semana. Necesito que las reglas del juego estén bien definidas. Y si el juego es “solo cama” genial. Y si es “intentemos a ver que pasa”, también.

El problema es que tengo la costumbre de dejar fluir las relaciones. No las encaro pensando en ponerles una etiqueta. Hago lo que me sale, y por lo general lo que me sale tiene mucho que ver con lo que el otro tiene ganas de generar.

Entonces las relaciones mutan. Y ahí aparecen sentimientos, autopresiones, miedos, temor a las expectativas del otro, a no poder cumplirlas o a no querer…y empieza a jugar la especulación de si es el momento adecuado o no, de no querer ceder algo para intentar algo nuevo…y cuando se meten tantas variables en algo que simplemente fluía, definitivamente el cauce se interrumpe, y lo que funcionaba bien deja de hacerlo. Al menos para mí.

Porque ya no es ni una cosa ni la otra. Y hay una tonelada de grises bien definidos entre una relación “formal” y una de “solo sexo”. Pero como sea, nunca debería dejar de ser una relación de dos para ser un híbrido manejado unilateralmente. Porque sincronizar ganas es muy difícil cuando ambos no van por el mismo cauce. Y jugarse a intentar dejarlo fluir sin ponerle trabas y ver hacia donde va, suele generar un pánico mayúsculo.

Las cosas a medias rara vez llegan a buen puerto. Y como decía un amigo…las medias son para los pies…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimada Daniela:
Si sos la de la foto sos muy linda..cuestión que cuando uno supera los 30 debe tener un poco más claro lo que quiere para uno y no andar esperando coincidir con el otro.

Consejo: Suspendé un poco las relaciones de "solo cama" y procurá tener una relación estable con una persona mas o menos seria y fijate qué pasa. Los hombres no suelen tomar en serio a las minas que son muy fàciles de llevar a la cama...
saludos

Anónimo dijo...

Es extraordinaria tu capacidad para exponer un problema, un dilema. Sos Cruda, con vos y con las circunstancias que te tocan y tocaron vivir.Es más, sos auténtica, sincera con vos (lo cual es vital), y con los demás...Si bien la vida es un gris, un azul, amarillo, un celeste simpático, un dorado abrasador, un rojo seductor, un verde relajante, un mar, el océano con todos sus matices.... Cuando uno ama, ama, con lo que significa en términos de acciones, actitudes, etc..., cuando uno dice estar ok con una persona, es eso: lo que el lenguaje denota (es claro, no?), Si la medias tintas no van con una relación sana, que crezca en el tiempo, se proyecte, y por sobre todas las cosas descubra la profundidad del compartir espacios y tiempos entre dos personas que son conscientes de su amor, de su voluntad de querer estar juntos... Celebro tu claridad, honestidad y voluntad...

Alex