jueves, 24 de septiembre de 2009

Admirando

Cuando tenía cerca de 18 años era una mocosa insolente. Ahora ya no. Lo de mocosa. Lo de insolente lo pulí…pero a veces se me escapa.

Me acuerdo que trabajaba de secretaria en una pyme, y el jefe me pide que lo comunique con un tal Ingeniero NN. Lo busco en la agenda, y la secretaria anterior había escrito un cartel al lado del nombre que decía “DECIR INGENIERO”. No entendí bien que quería decir, entonces llamé, pregunté por el Sr NN, me atiende y me dice, sí, habla el INGENIERO NN, resaltando la palabra ingeniero como si yo hubiera cometido un sacrilegio llamándolo señor.

Y como era terriblemente insolente, mi respuesta fue: “discúlpeme, no quise ser irrespetuosa, solo que considero que ser señor es mucho mas loable que ser ingeniero, porque eso no se aprende en ninguna facultad…buenas tardes ingeniero, lo comunico con…”

Obvio, o el tipo quedó shockeado por la respuesta y no le dijo nada a mi jefe o a mi jefe le divirtió la anécdota, porque no recibí el telegrama de despido…

El punto es que aún hoy, sigo admirando en los demás cosas que los demás no admiran. Quizá se trate de que la admiración para mí, parte de las falencias de cada uno. Entonces yo admiro los que son buenos en cualquier deporte, porque yo no lo soy, los que viven de buen humor y de alguna manera “despreocupados”, al menos según mis cánones de preocupación, los que viven el hoy como si fueran a morir mañana y no necesitan planificar su vida entera como yo…

Y no me importa si son el kiosquero, la chica que trabaja en casa o el presidente de la empresa en la que trabajo.

Mi admiración hacia la gente pasa por otro lado.

Y seguramente es por eso que lo que más admiro en esta vida es a la gente que encontró quien la ame con locura, que supo amar al otro de la misma manera, y lo mantuvo en el tiempo.

Esos son casi Dioses para mí, ejemplos a seguir, quizá porque es lo que me resulta más difícil en esta vida. Es lo que no podes aprender en ningún libro ni de Bucay, ni en la Biblia, ni en el Blog de turno.

Hay muchas teorías acerca de amar y ser amado, pero ya lograrlo, y mantenerlo en el tiempo, es lo único que considero un desafío tal que las veces que lo he logrado, al menos por un tiempo efímero, es ahí cuando me siento invencible. El hecho de hacer feliz a alguien, no se puede igualar a ningún otro logro en la vida.

Lo extraño es que la gente siga considerando exitoso a un hombre que tuvo muchos logros económicos o profesionales pero no es feliz. Ni supo hacer feliz a nadie.

Para todo lo demás, basta una habilidad genética, una buena universidad, y un poco de suerte…todo mucho más fácil de conseguir que el esfuerzo de amar tanto a alguien que puedas ser feliz simplemente haciendo feliz al otro…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si es verdad, totalmente de acuerdo con vos Daniela, en un todo.
Espcialmente cuando te referis al amor perdurable.
Que envidia sana y admiracion a la vez, cuando al apsar en una plza, un parque, la calle o en un bar, donde sea, ves a esos dos ancianos con esa expresion de felicidad hacia el otro, como se logra eso? amor y entrega?

Marcelo