lunes, 16 de noviembre de 2009

El cuento del príncipe que creía desteñir

Había una vez un príncipe azul que estaba convencido de que desteñía. Su sufrimiento es que cada vez que encontraba una princesa, veía en sus ojos reflejado un príncipe azul, pero, según él, al tiempo esa mirada mostraba un celeste muy desteñido.

Y una y otra vez el príncipe buscaba princesas en las cuales pudiera verse azul, pero indefectiblemente volvía al celeste.

Hasta que una vez, una bruja le dijo que de lo que él se enamoraba era de su propia imagen en los ojos de las princesas, lo que era muy sencillo, porque eso lo libraba de la obligación de comportarse como un príncipe y de tratar a su amor como una princesa, porque, total, los ojos de su amada, siempre le devolvían su visión de un príncipe azul. Pero llegaba el momento en que se daba cuenta que la princesa no era su princesa adorada, porque ya no se veía azul en sus ojos…y corría a buscar otra princesa que lo viera azul.

Pero un día, la bruja, que en realidad era una princesa encubierta, se topó con el príncipe, y el príncipe se vio en sus ojos más azul que nunca…pero descubrió que veía a la princesa más rosa que nunca, y empezó a sospechar que no estaba viendo su reflejo en los ojos de la princesa, sino que se veía tal cual era: con virtudes y defectos, pero azul al fin. Y entonces descubrió que eso implicaba la obligación de seguir siendo azul, un esfuerzo que nunca había hecho en su vida de príncipe.

Y le pasaban cosas raras. Con esta princesa podía ser él mismo, se sentía tranquilo, pero a la vez aterrorizado de que la princesa deje de verlo azul…porque eso significaría que él dejaba de ser azul…

Y empezó a sentir que las verdaderas princesas son tan buenas como los príncipes, ni más ni menos, y eso le dio más miedo aún, porque no estaba acostumbrado, y no podía entender como él, un príncipe, podía admirar a una princesa, y como una princesa admirada por él pudiera admirarlo a él.

Entonces decidió que no podía tomar ese riesgo, y que prefería seguir amando su imagen reflejada en los ojos de otra que amar de verdad y arriesgarse a sufrir.

Y así es como ambos, príncipe y princesa, siguen buscando a su media naranja en la cual puedan ver reflejado el amor, cualquiera sea el color, y se pasan el tiempo tratando de olvidar los colores más lindos que vieron en su vida…

No hay comentarios: