domingo, 12 de abril de 2009

Terremotos

Soy una mezcla terrible de cabeza dura y Mujer Maravilla. Es decir, creo que todo lo puedo, y nadie me va a hacer cambiar de opinión al respecto.

Entonces voy por la vida buscando imposibles, absolutamente segura de que puedo convertir todo lo que toco en oro. Testaruda, Mujer Maravilla y Alquimista.

Si se trata de un desafío laboral, no paro hasta que todo sale como yo estaba segura que debía ser. Obviamente, pocas veces me lo agradecen, la mayor parte de las veces me quieren matar. Pero estoy segura de que tenía razón, y estoy segura de que si los demás hubiesen querido yo hubiese podido.

En el amor soy igual. Si estoy segura de que algo tiene futuro, si hay piel, si nos sentimos bien juntos, pongo todas las fichas en eso. Y no me importa que el otro no ponga nada. Yo creo que sola lo voy a hacer funcionar. Eso de tener en cuenta que si el otro no quiere nunca va a funcionar ni siquiera pasa por mi mente.

Y sigo construyendo piedra sobre piedra, a pesar de que todo se tambalee. Y el mundo se me mueve. Y todos ven que se está cayendo…menos yo.

Y ahí sigo, partiéndome el corazón, pero claro, como toda Mujer Maravilla, el escudito me protege, entonces sigo adelante convencida de que se va a resolver. Y aguanto engaños, arrepentimientos, idas y vueltas, acepto perdones, aplaudo cuando el otro reconoce que yo estaba en lo cierto…pero llega un momento que la mujer maravilla se cansa del papel, se saca el escudito, me abandona…y la próxima estocada me deja el cuore partido. Eso sí: la cabeza no, sigue dura.

Si tengo suerte, y la vida se apiada de mí, llega el momento en que me doy cuenta que no importa lo que haga, no lo voy a poder resolver. Que como decía un amigo, cuando uno no quiere, dos no pueden. Y aunque esté absolutamente convencida de que las cosas se podían resolver, que hacerlo funcionar hubiera sido lo mejor que nos podía pasar en la vida, y hasta podría recitar la fórmula para hacer que funcione, tengo que reconocer que lo único que puedo hacer es dar un paso al costado. Pero algo tiene de bueno: el dolor es mucho menor cuando uno sabe profundamente que hizo todo lo posible. Equivocada o no, si hay algo que sobró fue coraje.

Y cuando tomo valor y digo game over…ahí es cuando viene el terremoto. Así es como se destruyen las murallas, el futuro que tenía en mente, el convencimiento…se pierde todo, lo que estaba mal , pero también lo que estaba bien…y hasta mi cabeza tan dura se empieza a confundir…y aunque sé que va a pasar…duele. Duele en especial porque el terremoto no es selectivo. No destruye lo que sería necesario cambiar y deja en pie lo que estaba bien. Destruye todo…y lo que estaba firme y sólido, aunque no alcanzó para sostener al resto, no merecía terminar en ruinas…y eso es lo más difícil de aceptar.

Lo bueno de esto, es que los terremotos suelen ser tan fuertes, que no dejan ninguna base en pie. Y eso marca un nuevo comienzo, porque no se puede volver a construir usando las ruinas. Hay que conseguir ladrillos nuevos…

Y estoy segura que esos ladrillos también van a tener alguna rajadura de vez en cuando. Lo importante será que aprenda a escapar a tiempo, antes que la rajadura se transforme en un derrumbe…a ver si alguna vez, soy yo la que salgo ilesa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

komo era eso? CIERRA TU MENTE, ABER TU CORAZON...del maestro jedi reo..en tu caso como seria, habria que cerrar algo, abrir todo??

Marcelo dijo...

Hola de nuevo, una pregunta. No has tenido la sensacion de que llego el momento que necesitas recibir, de vivir esa experiencia? te lo pregunto porque me considere siempre muy generoso en las relaciones que tuve, y es porque yo soy asi, me entrego todo al tenerlas no porque me lo proponga sino por que asi soy. Pero hoy despues de algunos fracasos, y de estar solo ya casi por 3 años, a veces pienso que necesito recibir eso que siempre doy y es otro de los temores que por alli afloran al momento de encarar una nueva relacion.
Jaja que loko todo esto, de todas formas gracias porque tenes una hermosa facilidad de expresas tus cosas, y mucho mas por compratirlas con desconocidos :-)

Beso, Marcelo.

Anónimo dijo...

NO Marcelo, lamentablemente, los que estamos acostumbrados a dar nunca nos sentamos a esperar recibir...ni que lo intentemos...no nos sale...somos mas felices dando...y posiblemente esa es la tarea que nos toca cumplir en este mundo. Lo maximo que podemos aspirar es encontrar a alguien que al menos lo valero y de alguna manera, a su manera, intente retribuirlo...
gracias por tus comentarios
beso
Daniela