viernes, 2 de enero de 2009

Subi a mi Voiture…y olvida los Mercedes Benz

Tanta época de rally y accidentes de tránsito, me hicieron pensar en cómo vengo manejando últimamente. Manejando mi vida digo…o dejando que la manejen.

Por lo general la gente cuando ve un auto destruido en la ruta después de un accidente, por unos kilómetros baja la velocidad, lo que le dure el ataque de conciencia….bueno, yo no.

Durante unos cuantos años me creí arriba de un Mercedes Benz todo terreno, pero después de tanto traqueteo, pozo, mal manejo, curvas que nunca vimos (yo no las vi…pero no era la que manejaba), resultó que de 4x4 no tenía nada y terminó absolutamente destartalado. No hubo manera de arreglarlo. Diagnóstico: destrucción total. No del auto. Mía.

Pasado el transe, y aún destartalada, con tal de seguir por el camino y no perder la inercia, me subí a algunos autos con el aprendizaje del Mercedes: si igual terminan destartalados, no pidamos tanto…

Y así subí a algunos que ya tenían el asiento delantero derecho ocupado (y no eran ingleses…). Al menos me llevaban, y algunos lucían como los deportivos de las películas, de los que uno quiere probar aunque sea en el asiento trasero…Fue divertido, pero eso de ir cuando y hacia donde indica el ocupante del asiento de la derecha, indefectiblemente me aburre un poco.

Dejé pasar algunos, paré otros y decidí no subirme, seguí esperando la carroza…y por ahí llegó otro al que no pensaba que alguna vez me hubiera subido, pero en fin, algunos errores son deliciosos…y tuve uno de esos viajes lindos, de los que uno se baja sonriendo…pero se baja. En especial cuando descubre que creyendo seguir el mismo camino, cada uno por su ventanilla ve cosas distintas…y es raro que el camino siga siendo el mismo con tanto paisaje diferente. Entonces, antes que el auto se parta al medio y yo termine con otra destrucción total…abajo.

Y cuando me estaba aburriendo de los autos, protestando contra todo lo que tenga ruedas…resulta que pasa una moto, de esas que uno de solo verlas se derrite. Y ahí me subo…al menos no tenía cuatro ruedas…tenía 2…el vértigo, supuse, iba a ser mayor. Y así fue. El que manejaba empezó a acelerar. Y yo cada vez agarrada más fuerte, acompañando en las curvas, incitándolo a seguir acelerando cada vez más, y con una adrenalina espectacular…Debe ser por eso que no vi el pozo. Debía venir muy entusiasmada. Y aunque noté cierto bamboleo, confié en que el conductor iba a saber enderezarla. Y ahí pasó. Clavó los frenos. Y yo, tremenda inconsciente, sin casco. Salí disparada sin saber que diablos pasaba. Otra destrucción total.

Debería aprender a manejar yo. No subir a ningún lado. Exigir que suban y manejar yo. Pero seguro me terminan indicando por donde ir y echándome la culpa si nos perdemos…

Creo que por un tiempo, me voy a dedicar al monopatín…

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