jueves, 24 de diciembre de 2009

A mi manera

Esta vez no voy a escribir un balance. Si lo hiciera, creo que volvería a relatar casi lo mismo que en el que escribí cuando terminaba el 2008.

Voy a dejar que Frank Sinatra hable por mí, en su canción A mi manera.

Este año viajé por las mismas emociones, recorrí nuevamente los caminos de la dicha, de los desencantos, del amor no correspondido. Y siempre lo hice a mi manera. Por los resultados, no sé si es la mejor manera, pero es mi esencia. No puedo dejar de buscar la felicidad, sin miedos y sabiendo que me voy a golpear. Pero así es. Esa es mi manera

La planificación no me funcionó, en realidad siempre me salió mejor lo no planificado. Posiblemente porque mi planificación en cuestiones de amor nunca coincide con la de los hombres de los cuales me enamoré. Pero siento que hice lo que debía hacer. Es más. Lo que quería hacer. A mi manera…será por eso que arrepentimientos…tengo muy pocos. Demasiado pocos para mencionarlos…

Hubo de esas oportunidades que es imposible dejar escapar. De esas que parecían puestas ahí especialmente para mí. Algunas salieron bien, y en otras, en especial las amorosas, nunca imaginé que estaba mordiendo más de lo que podía masticar. Pero fue así. En algunos casos llegué a ahogarme, y en esto no tuve la valentía de Frank. Me ganó el dolor. Todavía me gana. Me ahogué en llanto. No tuve miedo pero sí dolor. Tampoco dudas. Pero sí puedo decir que intenté todo, enfrenté todo, dije todo sin miedo…eso si…a mi manera…

Amé, reí, lloré, perdí. Pero siempre lo digo. Nunca cambiaría los momentos de felicidad. Así hayan sido de un día o de meses, por el dolor que me hayan causado. Esas felicidades aunque fueran efímeras, son las que suman tanto al balance de mi vida que no me dejan dudas que la única forma de hacer las cosas, sin arrepentimientos, es hacerlas desde muy adentro del alma, apagando el cerebro…y esa es mi manera.

Un hombre no es lo que logró. Si no se ha conseguido a si mismo no tiene nada. Y cuanta certeza hay en esas palabras. En este mundo que te valoran contando tus logros, tus experiencias de vida y no tus sentimientos o tus valores, en las que las palabras sinceras no cuentan, en que los sentimientos se esconden o se camuflan, yo lo hice a mi manera.

Y por eso recibí mil golpes. Y voy a recibir mil más. Porque esa es mi manera.

Y mi manera, me hace feliz.

Quizá no me ayude demasiado a evitar el dolor. Pero me ayuda a que el balance de mi vida, ya sea positivo o negativo, me haga sentir orgullosa de haber hecho todo a mi manera….


http://www.youtube.com/watch?v=Vafrsflot3k

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